La muerte a pedradas de un pato en el parque Jovellanos de Mieres fue la noticia de LA NUEVA ESPAÑA que más impactó el año pasado. Sumó 35.300 compartidos entre los usuarios de la red social. Las otras dos noticias que conmocionaron a las redes fueron el presunto intento de secuestro en Felechosa a varios niños y el fallecimiento del dermatólogo José Ramón Curto.

Un pato muerto a pedradas

El acto vandálico que conmocionó a los vecinos se produjo a mediados de diciembre del año pasado. Un pato del parque Jovellanos apareció muerto en la casita del estanque. Rodeado de marcas de pedradas, como si le hubieran acribillado a varios metros.

El Ayuntamiento no tardó en tomar la palabra. Los responsables municipales pidieron no sólo respeto, sino también humanidad: "Esto ya sobrepasa a los actos vandálicos", afirmaron. Además, desde entonces, se ha incrementado en medida de lo posible la vigilancia en la zona.

"En El Pino hay un camión con golosinas".

Lo que parecía un intento de secuestro de varios niños ocurrió en Felechosa, en el mes de octubre. Una furgoneta paró donde había un grupo de pequeños y el conductor se dirigó a ellos: "Si vais a El Pino, hay un camión volcado con muchas golosinas". Varios niños emprendieron la marcha hacia la localidad, pero vieron desde lejos que allí estaba parada la furgoneta que los había alertado de tal suceso. Dieron la vuelta y lo contaron en casa.

Los padres pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil. Llegaron a identificar a los conductores de aquella furgoneta, pero no se abrieron diligencias porque no hubo contacto con los pequeños ni intentaron cogerlos en ningún momento.

A pesar de la "falsa alarma", los usuarios de las redes compartieron la noticia conmocionados. Más de 18.000 veces. Además, el avisó corrió por otros medios como "WhatsApp" para que las familias estuvieran alerta.

Adiós a un médico que no creía en las listas de espera.

El doctor José Ramón Curto era uno de los médicos más queridos en las Cuencas. Falleció de forma repentina cuando acudía a un congreso y los vecinos no tardaron en reaccionar. La noticia que siguió a su pérdida sumó cerca de 4.700 compartidos en Facebook.

Era querido por su entrega, por su dedicación y también porque no creía en las listas de espera. "Venga cuando quiera", decía a los pacientes que necesitaban un seguimiento. Era de los únicos, hasta su jubilación, en tener consulta por la tarde. La razón: que nunca tenía prisa por dejar de atender a sus pacientes.