Tan sólo tres días después de su último ataque en el pueblo, el lobo volvió ayer hasta la localidad coyana de Villamorey, donde mató a una oveja por la noche. Pero lo peor es que el ataque no tuvo lugar en una finca alejada del pueblo, sino que ocurrió junto a las viviendas. De ahí que los vecinos de Villamorey estén atemorizados por la presencia de este cánido salvaje y ante la posibilidad de que pueda atacar a las personas. "Los niños que solían jugar al escondite por la noche ya no se atreven a salir de sus casas", aseguraba ayer Roberto Bernardo, que fue la persona que descubrió los restos de la oveja atacada ayer de madrugada.

"Salí a la calle y vi un charco de sangre, y más allá me encontré con los restos de la oveja", explicaba Bernardo, dando cuenta de que "hace tres días ya mató otro animal". No son los primeros ataques. La pasada primavera ya se vivieron acontecimientos similares.

Los vecinos están convencidos, además, de que es todo obra del mismo lobo: "Hace unos días, una pareja lo avistó", por las inmediaciones. Pero lo que más preocupa ahora es que el cánido salvaje haya perdido el miedo a los humanos, metiéndose en el pueblo. "Da miedo salir por la noche", asegura este vecino, una sensación que comparten el pueblo y que se hace más dura en verano, ya que es normal aprovechar más las noches en la calle. La posibilidad de que se produzca un ataque a humanos les hace desconfiar y quedarse en sus casas.

La guardería confirmó que se trataba de un ataque de lobo. "Estuvieron tomando datos y mirando la zona, y dieron cuenta de que los restos dejados son de lobo", apuntó Roberto Bernardo, con cierta preocupación, sobre todo después de lo ocurrido en la pasada primavera en el concejo, cuando se contabilizaron un total de siete ataques en tres semanas.

El balance por aquel entonces, con ataques no sólo en el pueblo de Villamorey, sino también en la localidad coyana de Soto de Agues, fue de veinticinco ovejas muertas. Además, se produjeron tanto en fincas situadas en los alrededores como dentro de las propias localidades, tal y como ocurrió la pasada madrugada del domingo.

Asimismo, el concejo coyán no es el único afectado por la presencia de los cánidos salvajes. De hecho, en los últimos meses se han producido otros ataques animales en puntos de los concejos de Caso y Mieres, por citar algunos de los municipios donde los ganaderos han denunciado la muerte de sus reses a manos de los lobos.

Los vecinos piden que se intervenga y que se realicen controles de población del lobo que permitan reducir el número de ataques y de daños a la ganadería.