Bronca, desunión y hartazgo. Y mucha crispación. Hacía tiempo que una protesta no desembocaba en Mieres en tal mar de tensiones. Lo que iba a ser una ordenada concentración de comerciantes y hosteleros para exigir la reapertura de negocios, se convirtió en una acalorada bronca entre dos bandos, con enfrentamiento incluido del Alcalde con un comerciante. Al final, hubo boicot a la protesta que había organizado la Unión de Comerciantes y Hosteleros del Caudal (UCC). Pese a que todos parecían tener el mismo objetivo, las formas dividieron a los presentes, evidenciando una ruptura entre los sectores.

La UCC había convocado una concentración a las doce de la mañana ante el Ayuntamiento de Mieres. Pero una hora antes, diferentes hosteleros, comerciantes y autónomos, organizados a través de las redes sociales y sin el paraguas de ninguna asociación, comenzaron una protesta en el mismo lugar, también autorizada. Al filo del mediodía, los asociados comenzaron a llegar al Consistorio. Pronto surgieron las discrepancias, que se enconaron cuando los no asociados se negaron a abandonar la plaza y ceder el protagonismo a los convocantes. Tras unas primeras palabras en las que ambos bandos parecían reconocer un objetivo común, “abrir los negocios”, unas pancartas pidiendo la dimisión del presidente regional Adrián Barbón fueron el detonante de la cancelación de la protesta de la Unión de Comerciantes.

“Nosotros queremos hacer algo sin tintes políticos, pedir que el comercio y la hostelería abran, y no voy a estar en una concentración con carteles que pidan la dimisión de Barbón”, señalaba Loli Olavarrieta, presidenta de la UCC, mientras era increpada por parte de los no asociados. La otra parte, en boca de Susana Fernández, que tiene un bar en Mieres, reconocía que había dos bandos. Fernández anunciaba también un encierro por parte de los hosteleros no asociados.

La concejala Beatriz Flórez, dirigiéndose a los autónomos. | Jandro Rodríguez

Y entre tanto, apareció en escena Pelayo González. Un empresario del sector textil, que en los últimos días ha colgado vídeos con ataques e insultos hacia el presidente del Principado. Se erigió como líder y comenzó a caldear el ambiente. La concejala de Comercio, Beatriz Flórez (IU), había salido a intentar apaciguar los ánimos, pero fue cortada por González, que la intentó presionar haciéndole preguntas. En un momento dado, éste se giró hacia donde estaba el alcalde, Aníbal Vázquez, al que conminó a hablar a los congregados en la plaza. Ahí se produjo el tenso cara a cara. El regidor le acusó de provocador, mientras que el empresario le decía “tu estas aquí para escuchar”. “No me provoques”, respondía Vázquez. Poco más de un minuto de tenso intercambio de palabras, mientras los colaboradores del Alcalde intentaban separarle del comerciante.

Visiblemente enfadado, el regidor soltó del brazo a uno de sus concejales, Marcelino Estrada, y se fue a dirigirse a la gente de la plaza, en su mayoría comerciantes y hosteleros no asociados. “A mí lo que me molesta es que haya un objetivo común y se monte este tinglado. Primero hay una concentración y luego hay otra que hay que respetar, porque quieren tomar la palabra, y no lo hacen porque puede haber una situación hostil”, dijo Vázquez. El Alcalde recordó que “del presupuesto del Ayuntamiento de Mieres, que es de todos, del que tiene un negocio y del que no, se apartaron 800.000 euros porque hay que echar una mano y para el año que viene están previsto otros 800.000”. Algún hostelero local, en concreto Juan Permuy, se quejó de la burocracia para lograr las ayudas municipales, remitiéndose el alcalde a la Ley de Subvenciones.

Tras la intervención de Vázquez, el citado Pelayo González trató de volver a buscarle las cosquillas, aunque el regidor optó por no entrar al envite. Mientras tanto, la directiva de la Unión de Comerciantes ya había tomado la decisión de cancelar su protesta, y muchos de sus asociados iban abandonando la plaza.

Residencia de mayores

Tras todo el follón, el Pleno del Ayuntamiento de Mieres se reunió ayer de forma extraordinaria para aprobar ayudas para destinar 620.000 euros a la residencia de mayores, de los que 370.000 irán destinados a obras y mejoras en las instalaciones para seguir adecuándolas a la actual situación sanitaria, mientras que 250.000 euros se destinarán a dar respuesta a las necesidades técnicas y de personal que puedan aparecer para la prestación del servicio.