Resulta difícil plantear un modelo económico para las Cuencas que sustituya el volumen de actividad de tiempos pasados y por ello, el reajuste poblacional parece inevitable. Pero es cierto que hay que evitar la caída libre en la que parecemos estar inmersos. El futuro pasa por la apuesta de los estamentos socio-económicos y políticos de la región, pero también debe contar con la implicación del propio entorno social, con el objetivo de favorecer el asentamiento poblacional.

Las fortalezas que ofrecen las Cuencas son, en parte, herencia del pasado, pero lejos de pretender mirar hacia atrás, hay que plantear un futuro de calidad de vida, estimulando la inversión, el consumo y la permanencia en el lugar, para retener nuestro capital humano.

Estamos situados dentro del área de influencia económica de la región y por tanto no debemos quedar atrás, aunque hemos de ser conscientes de las particularidades de nuestros valles, que nos pueden situar en desventaja para algunas actividades de tiempos pasados. Por ello hemos de centrar los esfuerzos en aquéllas que puedan competir en igualdad de condiciones con otras zonas. El desarrollo tecnológico, las telecomunicaciones y los propios recursos que disponemos, nos brindan oportunidades que debemos aprovechar.

La actividad del pasado nos ha llevado a infravalorar muchas posibilidades de nuestro entorno. Existe potencial para desarrollar un turismo sostenible y de calidad. Recursos naturales, gastronomía, patrimonio cultural e industrial, comunicaciones, clima, paisaje, convivencia, son ingredientes esenciales para proporcionar dinamismo a las cuencas, complementado con la oferta de actividades de naturaleza, de ocio, deporte, etc., que permitirían promocionar una economía circular complementaria.

Aprovechar el prestigio de nuestra gastronomía para potenciar la oferta de productos artesanales de valor añadido, que contribuyan a promocionar la zona y desarrollar la economía local.

Mejorar el aspecto de las comarcas, promoviendo planes de ordenación y regeneración del entorno que las hagan atractivas, rehabilitando edificaciones ruinosas, eliminando barreras arquitectónicas y aquellos aspectos que más negativamente afecten a su promoción.

Reordenar las infraestructuras de transporte obsoletas que ya no resultan tan necesarias y en muchos casos obstaculizan el desarrollo de otras actuaciones que pueden favorecer al entorno.

Además del turismo, se debe fomentar una economía diversificada de valor añadido, con orientación tecnológica innovadora, respetuosa con el medio ambiente, de aprovechamiento de los recursos autóctonos, las energías renovables y el agua. Apoyar la creación de pymes del ámbito productivo, que apuesten por la fabricación y comercialización de productos y/o equipamientos que aporten innovación, deportivos, de ocio, alimentación, reutilización y/o reciclaje, bienes, etc., con potencial para el consumo local y global, sector audiovisual de naturaleza, de realidad virtual, asistencial, entretenimiento, etc. Aprovechamiento de la biomasa y el agua de forma sostenible y ordenada, para fines energéticos, lúdicos y de consumo humano.

Desarrollar la industria 4.0, complementaria a la industria pesada, supondría una oportunidad para las cuencas, dando posibilidades de empleo a la población formada en el propio entorno.

La nueva economía demanda ciertas capacidades que en muchos casos no detectamos a tiempo y ello se traduce en pérdida de oportunidades. Debemos ser conscientes que hemos construido un mundo competitivo donde la apatía o el descuido nos pueden dejar atrás. La competitividad genera desequilibrios sociales que se pretenden paliar con solidaridad, pero ya sabemos lo eso que significa: subsidio y pobreza. Por lo tanto, debemos estar en el tren de la competitividad para progresar como sociedad y eso comienza con la actitud personal de cada uno/a de nosotros/as.

El desarrollo social va ligado a la formación, y en el ámbito económico la Formación Profesional es clave para capacitar y orientar a las personas de cara al fomento del empleo y el emprendimiento. Las cuencas ofrecen buenas oportunidades de formación y empleabilidad.

El proyecto de futuro de nuestras Cuencas requiere unas líneas de actuación claras a medio y/o largo plazo, en base a las posibilidades reales de reactivación económica, que contemplen la reordenación de los servicios y las estructuras administrativas, con un compromiso serio, lejos de actitudes especulativas y partidistas. Un proyecto consensuado y valorado por el entorno que prevalezca por el interés general.