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Las instalaciones que estaban en desuso en las Cuencas: Renovarse para evitar el despilfarro

Seis equipamientos singulares de las Cuencas, desde museos a circuitos de formación vial, se han "reciclado" para poder tener un uso continuado

Una de las actividades del Langreo Motor Club en el circuito de Cisvial, en el alto de Santo Emiliano. | LNE

Reciclarse o morir. Seis equipamientos singulares fallidos de las Cuencas, que nunca o apenas llegaron a funcionar para el fin para el que fueron concebidos, han logrado pervivir (en algunos casos después de profundas transformaciones) gracias a nuevos usos. Forman parte de esa lista, en la comarca del Nalón, el ecomuseo de Coto Musel, reconvertido en rocódromo; el circuito de formación vial de Santo Emiliano, ahora pista de carreras; el centro de estudios ambientales de El Entrego, derribado y cuyo solar alberga hoy en día un circuito de ciclocross; y la estación de autobuses de La Felguera, que próximamente será un restaurante de comida rápida. En la comarca del Caudal, el museo de la tonada es ahora la sede de la Asociación Santa Bárbara y la Casa Duró, rehabilitada como centro de arte, es utilizada ahora como centro terapéutico por "Proyecto Hombre".

Una visita escolar a las instalaciones de Coto Musel. | F. Rodríguez

Los trabajos para obrar esta última metamorfosis, la de la estación de autobuses, ya están en marcha. El pasado mes de junio se adjudicó el "contrato de concesión demanial de la actividad de restauración" en esta instalación a la firma Lan Nalón, que ya cuenta con otros negocios similares en Asturias. La estación langreana lleva nueve años cerrada –el edificio principal, los andenes sí se utilizan– salvo en momentos puntuales, como las campaña de vacunación contra el coronavirus. En marzo de 2013, la gestión del equipamiento fue encargada al Consorcio de Transportes por parte del Principado, después de que el primer concesionario dejara las instalaciones y fracasaran los intentos para reabrir el inmueble. Un año después, el Consorcio convocó dos concursos para gestionar la terminal pero se cerraron sin que se presentase ninguna oferta.

Abajo, la estación de autobuses de La Felguera, que será una hamburguesería. El circuito de ciclocross del CEMPA. Una imagen de la reforma interior de la Casa Duró, y la inauguración del edificio del Museo de la Tonada como sede de la Asociación Santa Bárbara. | M. Á. G /L. M. D. / LNE

El Círculo Aeronáutico "Jesús Fernández Duro" también presentó al Principado y al Ayuntamiento de Langreo una propuesta para hacerse cargo del edificio con el objeto de utilizar la instalación como Museo de la Aeronáutica. La intención del colectivo era exhibir en el inmueble parte de su colección de maquetas de aviones, así como sus paneles expositivos y un simulador de vuelo.

Renovarse para evitar el despilfarro

El Centro Integral para la Seguridad Vial (Cisvial) de Langreo, impulsado por la firma Fruela Formación, entró en concurso de acreedores a finales de 2012. Quedó cerrado y sin actividad, tras haber estado en funcionamiento apenas dos años y después de una inversión de 11 millones de euros con ayudas públicas. El complejo, asentado en la falda del alto de Santo Emiliano, ocupaba una superficie de 400.000 metros cuadrados, ocupada por cuatro pistas de pruebas para prestar cursos formativos a conductores de coches, motos y camiones. Además, había un circuito de 2,8 kilómetros de longitud y que prácticamente bordea todo el perímetro de las instalaciones de Cisvial junto a la carretera Langreo-Mieres (AS-111), así como boxes para todo tipo de vehículos y una zona de ocio.

Renovarse para evitar el despilfarro

Tras el cierre, surgió una propuesta de la escudería Langreo Motor Club para hacerse cargo de la instalación de forma provisional. La entidad se ocuparía del mantenimiento del equipamiento y, como contrapartida, podría hacer uso de los circuitos para la organización de competiciones de motor y sesiones de entrenamiento. La colaboración perdura a día de hoy.

Renovarse para evitar el despilfarro

Peor suerte corrió el Centro de Estudios Medioambientales del Principado de Asturias (CEMPA), un inmueble levantado en El Entrego, cerca del Museo de la Minería, y que desde su inauguración, a finales de 1996, no tuvo ningún contenido y que se fue deteriorándose progresivamente hasta presentar un estado de ruina. Costó 900.000 euros. Finalmente, se optó por derribar la instalación. Tras surgir algunas propuesta como la utilización del solar para huertos urbanos, finalmente el espacio se aprovechó para poner en marcha un circuito de ciclocross.

Las instalaciones de Coto Musel, en Laviana, se acabaron de rehabilitar en 2010 para convertirse en ecomuseo minero de montaña, pero nunca llegó a abrirse. Las dependencias, que costaron más de 600.000 euros, empezaron a deteriorarse por la ausencia de actividad en la zona, el paso del tiempo y algunos actos vandálicos que fueron agravando el desgaste del edificio (la antigua casa de aseos de la explotación), las bocaminas y el mirador que fueron restaurados.

Asociaciones deportivas trabajaron entonces para reabrir sus puertas a los aficionados a la escalada, como rocódromo, en 2015. El interior del inmueble fue adaptado por completo. Se construyeron vestuarios, se hizo un segundo piso y se instalaron los paneles que lo convirtieron en un rocódromo con unos 250 metros de recorridos.

El Ayuntamiento de Mieres inauguró el Museo de la Tonada a finales de 2009. El centro abrió con el objetivo de convertirse en la "casa de la canción asturiana". Tras una inversión de casi 120.000 euros para rehabilitar uno de los dos chalés de la calle Numa Guilhou (levantados hace un siglo por el arquitecto Teodoro de Anasagasti), la instalación cerró sus puertas en 2018 y pasó a ser la sede de la asociación Santa Bárbara. Un año antes, en 2017, el Consistorio mierense y "Proyecto Hombre" cerraron un acuerdo para esta asociación trasladase su actividad terapéutica a la Casa Duró. Se trata del edificio civil más antiguo de Mieres y hasta 2011, cuando cerró, principal referente de la actividad artística del municipio.

Todavía quedan grandes edificios en desuso, que también intentan reciclarse. Es el caso del Museo de los Quesos de Morcín o la Casa del Urogallo de Caso.

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