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El Centro de Nanotecnología de El Entrego inicia los ensayos clínicos de un novedoso implante dental antibacteriano

La pieza, que comercializará la firma Nanoker, combina un material cerámico que acaba integrándose en el hueso con un recubrimiento que evita la aparición de bacterias

Belén Cabal en la zona donde se desarrollan los implantes. D. O.

El centro de investigación en materiales y nanotectología (CINN) de El Entrego, en San Martín del Rey Aurelio, ha iniciado la fase de ensayos clínicos de uno de sus últimos proyectos, un implante dental de material cerámico con un recubrimiento antibacterias que evita la temida perimplantitis, la popular piorrea, una inflamación de los tejidos alrededor de la raíz y la corona del implante que produce una pérdida de hueso y que se considera grave porque pone en peligro la osteointegración o fijación del implante al hueso de la encía.

Detalle de uno de los implantes. | D.O.

Belén Cabal, científica titular del CINN se pone unos guantes y saca de una bolsita una pequeña pieza que parece plástico pero que en una visión más cercana se aprecia perfectamente que es un tornillo. "Aquí", explica señalando una de las endiduras, "es donde aplicamos el recubrimiento antibacteriano y así evitamos la periimplantitis", el resto de la pieza no lleva ese recubrimiento "para facilitar su integración en el paciente".

Esa pequeña pieza que casi con seguridad acabará en la boca de pacientes con problemas de pérdida de piezas dentales, es todo un ejemplo de la más avanzada tecnología. Tanto que ha generado una empresa, Nanoker –una "spin-off" del CINN que tiene su sede en Olloniego– que obtuvo dos millones de euros de financiación europea para desarrollar el proyecto.

Adrián Alonso, director de innovación del CIIN, explica que el implante combina "dos innovaciones generadas por el centro". Por un lado está el material nanocompuesto desarrollado hace unos años en los laboratorios de El Entrego, "con unas propiedades mecánicas impresionantes" y por otro lado está el recubrimiento en esa zona determinada que señalaba Cabal, una capa de biovidrios que evitan la aparición de bacterias y por tanto la periodontitis, o periimplantitis en este caso, en definitiva la piorrea.

Tradicionalmente los implantes, los tornillos, utilizados para sustituir una pieza dental, eran de materiales metálicos, principalmente titanio, "un material bioinerte, contra el que el cuerpo no reacciona ni en un sentido ni en otro". Ese material cerámico del CINN "promueve el crecimiento del tejido alrededor del implante para integrarlo hasta que pasa a formar parte de la propia estructura ósea del paciente", desarrolla Alonso.

El director del centro, Adolfo Fernández Valdés avanza que en la fase clínica que se está desarrollando "se están obteniendo muy buenos resultados". El recubrimiento está justo en la zona donde proliferan las bacterias que acaban comiéndose el hueso.

Las investigaciones científicas buscan, en la mayoría de los casos aplicaciones prácticas para mejorar nuestras vidas. Este es uno de ellos. Como apunta Fernández "hay una tasa de población muy alta con peridontitis, que puede llegar a ser genética, y quien la tiene es posible que la sufra cuando se le coloca un implante, es un problema muy serio porque se pierden las piezas dentales".

Han sido años de trabajo. Un proyecto científico requiere mucho más tiempo si es del ámbito sanitario. Pero parece que en breve se llegará al final del proceso y Nanoker comercializará el fruto de toda esa investigación.

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