Mieres, un Antroxu para perder la cabeza: la guillotina, Tolkien y un sambódromo destacaron en el desfile

El Carnaval llenó las calles con elaborados trajes y numeroso público

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Con el tradicional velatorio de la truchona del Caudal -que ye de ríu, non de mar-, arrancaba el Gran Antroxu de Mieres, que llenaba por la tarde las calles de un color especial. Pequeños y mayores disfrutaron de una jornada en la que finalmente la lluvia hizo acto de presencia, aunque no logró aguar el disfrute de la gente en un desfile lleno de la tradicional alegría que contagia la fiesta las máscaras. Y entre los temas, desde la Tierra Media del Señor de los Anillos a la Revolución Francesa, pasando por videojuegos, películas o la llegada a Mieres de la recreación de un carnaval en el sambódromo de Río de Janeiro.

El carvanal mierense empezaba temprano. Pasado el mediodía, y en la plaza del Ayuntamiento, tenía lugar el velatorio de la truchona, la "mascota" del Antroxu, en un acto en el que participaron alumnos de algunos de los centros escolares del concejo.

Pero el grueso de actos tuvo lugar por la tarde. Las charangas que no participaban en el concurso oficial del carnaval realizaron un pasacalles por las principales vías de Mieres, anunciando la llegada del gran desfile. Mientras tanto, los participantes iban llegando poco a poco al entorno del nuevo parque de La Mayacina, donde iban preparando sus trabajadas carrozas y enseres para participar en el desfile-concurso por las calles del casco urbano. A pesar del frío, también los parques estaban repletos de niños disfrazados, que querían volver a disfrutar de la fiesta tras la que vivieron el pasado martes especialmente para ellos, en el Antroxu infantil del concejo.

Truchona

Terrazas y calles llenas de gente para ver pasar un desfile que encabezaban, tras la truchona del Caudal y algunas charangas, Frodo Bolson y sus amigos y en el que el mundo de J. R. R. Tolkien hizo acto de presencia en Mieres gracias a un grupo de Serín. También desfilaron por las calles mierenses soldados participantes en la Revolución Francesa, reencarnados en turoneses, que fueron quienes trajeron la carroza. Un taller de pintura, con sus lienzos y colores de mayor o menor tamaño –participaban niños y adultos- también pasearon por las principales vías del casco urbano. El Rey León, un cementerio, hadas y duendes... Un desfile de más de una hora que hizo las delicias de los asistentes.

El fin de fiesta tuvo lugar en el parque Jovellanos de Mieres, donde además de leer las últimas voluntades y el testamento de la truchona, se procedió a su incineración. A partir de ahí, las calles y los bares y restaurantes del concejo, muchos de ellos decortados para la ocasión, fueron los centros neurálgicos de uno de los festejos más esperados del año. Y con el fin del Gran Antroxu 2023, las cabezas ya empiezan a pensar en qué se convertirán para la próxima edición del carnaval.

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