Los futuros ingenieros son olímpicos

Alumnos del IES de Salinas y de los colegios Los Robles y Peñamayor, que fueron las ganadoras, construyen puentes y presas en Mieres

David Orihuela

David Orihuela

Asur Bernabéu se lanza al suelo en la Escuela Politécnica de Mieres. Coge dos bloques de plástico y espera el momento justo a que llegue el camión teledirigido que conduce su compañera Marta Caffarena. Justo en el momento en el que el camión introduce las cuatro ruedas en el cuadrado delimitado en el suelo con cinta aislante, el chaval coge los dos bloques del volquete, coloca los suyos y da indicaciones a la conductora de a dónde debe dirigirse. Asur Bernabéu está absolutamente concentrado en lo que hace. Es la prueba de transporte de mercancías y logística eficiente de la fase local de la V Olimpiada Nacional de Ingeniería de Caminos Canales y Puertos. "Me ha encantado", afirma Asur Bernabéu cuando finaliza la prueba y también reconoce que no tiene "ni idea" de lo que va a estudiar en un futuro. "Todavía estoy en primero de la ESO", justifica. Pero lo de la ingeniería no le desagrada. "Sí que tengo claro que voy a estudiar algo, mi madre es Ingeniera y es una carrera que me gusta mucho". El joven deja la conversación porque le reclama uno de sus compañeros. Miguel Ángel Llera: "Asur, nosotros ya hemos terminado". Llera, del mismo curso, lo tiene más claro, estudiará Ingeniería Mecánica, "siempre me ha gustado", dice.

Mientras ellos cargan el pequeño camión, las alumnas del colegio Peñamayor dan una lección construyendo a toda velocidad el complicado "Puente Da Vinci", la prueba de ingeniería de estructuras. Las chicas confesaron que ya habían practicado antes en el colegio, lo llevaban bien preparado, explica Mariana Hevia. Con esa preparación, al final resultaron ganadoras de la Olimpiada. Su compañera Pilar de Pedro, que quiere estudiar ingeniería pudo enfrentarse ayer a alguno de los retos, en miniatura, que se le plantearán en el futuro.

A sus contrincantes del colegio Los Robles lo de construir el puente con listones de madera les llevó más tiempo que a las chicas, eso sí, dieron una lección de rapidez al levantar el arco de dovelas, la prueba de ingeniería de construcción. Javier Suárez, uno de los alumnos de Los Robles explicaba el truco: "no habíamos ensayado pero sí que hemos organizado el equipo y cada uno tenía que hacer una cosa". Suárez nunca se había planteado unos estudios superiores de ingeniería pero la experiencia de ayer le ha llevado a pensar que "no es lama idea, seria una buena oportunidad".

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