El mapa de puntos negros en el Corredor del Nalón: 14 kilómetros de doble sentido que acumulan muchos siniestros

El tramo Ciaño-El Entrego y las curvas de Blimea, los espacios con más accidentes

La vía tiene deficiente señalización, iluminación y asfaltado

Cartel de aviso de inicio del Corredor del Nalón con un tramo peligroso controlado con radares, situado en la autovía de Riaño a Sama, en una imagen de archivo.

Cartel de aviso de inicio del Corredor del Nalón con un tramo peligroso controlado con radares, situado en la autovía de Riaño a Sama, en una imagen de archivo. / Fernando Rodríguez

Luisma Díaz

Cinco son los kilómetros que tiene desdoblados el Corredor del Nalón entre Riaño y Sama (Langreo). Los otros catorce kilómetros hasta Pola de Laviana, atravesando San Martín del Rey Aurelio, son los de una carretera convencional, de doble sentido, en que en alguno de sus tramos soporta más de 21.000 vehículos al día. En este recorrido ascendente por el valle del Nalón, hay al menos cinco puntos conflictivos, en los que se produce la mayor acumulación de accidentes. Uno de ellos es el del tránsito entre el puente atirantado de Sama y los Llerones, donde este miércoles perdieron la vida una madre y un hijo, Remedios Fernández y Pablo Atrio.

Arranca el motor. El viaje por el Corredor del Nalón empieza en Riaño, por una autovía correctamente señalizada, que lleva ya quince años en servicio. Un tiempo durante el cual no se ha avanzado en la ejecución de proyectos de viabilidad o técnicos para desdoblar el resto del trazado.

Cerca ya de Sama, entre Lada y el final del tramo de autovía, se encuentra un punto de concentración de accidentes, casi siempre por salida de vía. Este pasado año concluyeron unas obras de reforma en esta zona que, hasta el momento, parecen haber mejorado la seguridad.

Aparece uno de los símbolos de Langreo, el puente atirantado de Sama. Aquí concluye el desdoblamiento, y el emblemático viaducto ya es de doble sentido. Hay línea continua, limitación a 80 kilómetros por hora, pero este entorno padece, como el resto de la vía hasta Pola de Laviana, de varios problemas. Por la noche, la señalización horizontal –las líneas de la carretera– es escasamente visible. A esas horas también se hace notar la falta de iluminación, una constante en todo el Corredor. El estado del firme tampoco es el mejor en algunas zonas. En 2018 se llevó a cabo un reasfaltado integral, pero lo cierto es que ya hay puntos con baches evidentes con el piso deteriorado.

Justo al final del puente, con la llegada a la zona de Los Llerones, se alcanza uno de los puntos conflictivos del Corredor. En esta zona, bajo la pasarela peatonal de Les Pieces, es donde se produjo el fatal accidente del miércoles, con un vehículo invadiendo el carril contrario e impactando con el coche de las víctimas.

Menos de un kilómetro y se llega al punto más peligroso de la carretera. En 2018, con las reformas en el Corredor, se instauró la línea continua en todo el tramo entre Ciaño y El Entrego –antes había un espacio en el que se permitía adelantar–. Tanto antes como después de estas modificaciones, este entorno –frente a la factoría de Alas Iberia, junto al Museo de la Minería– se siguen produciendo accidentes de forma habitual, con todo tipo de consecuencias, de leves toques a graves colisiones frontales. El 13 de enero de 2023 se produjo el último con resultado de muerte, con una vecina de Oviedo fallecida. Como en el resto de tramos con línea continua, la carretera está limitada a 80 kilómetros hora: solo en las cuatro rectas en las que está permitido el adelantamiento en estos 14 kilómetros se pueden alcanzar los 90 (recta del centro comercial de El Entrego, recta del polígono de La Central, recta posterior a los túneles Sotrondio y recta de Barredos).

Llegados a El Entrego, se circula por un viaducto sobre el Nalón en el que faltan parte de las juntas de dilatación. De nuevo, aquí hasta 2018 estaba permitido adelantar. Ahora hay línea continua, y los arcenes son amplios. Se trata otro de los puntos en los que se producen colisiones de forma habitual, pero de menor gravedad que en el pasado. Superado El Entrego y llegados a los túneles de Sotrondio –uno de ellos perfectamente iluminado, el otro no tanto–, se enfila la recta que desemboca en las curvas de Blimea, junto al campo de fútbol de La Isla. El segundo punto con mayor concentración de accidentes, y de nuevo como en Ciaño, zona revirada, con línea continua. Prácticamente todos los accidentes en este tramo son frontales o frontolaterales, con uno de los vehículos invadiendo parcialmente el carril contrario. El abundante tráfico hace el resto: cualquier invasión de vía en el Corredor del Nalón tiene un alto porcentaje de posibilidades de acabar en colisión, ya que casi siempre vendrá un coche en dirección contraria. La última muerta aquí, una vecina de Laviana, en octubre.

Acaban las curvas de Blimea y llega la recta de Barredos. Un entorno engañoso, donde se permite adelantar, pero que según las circunstancias, no goza tampoco de la mejor visibilidad. El resultado, otro entorno de alta siniestralidad.

Llegados a Pola de Laviana, el Corredor del Nalón se prolonga casi otros 25 kilómetros valle arriba, hasta Campo de Caso. Con mucha menor afluencia de tráfico, aquí los peligros suelen ser otros: animales en la vía, rocas, argayos. Aunque sigue habiendo un punto conflictivo, el túnel de Comillera (Sobrescobio). Cerca de este entorno falleció un vecino de Blimea el pasado verano.

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