Los peatones, de chaleco amarillo en Les Teyeres

Los vecinos del pueblo langreano exigen desde hace 20 años una acera por el riesgo de caminar junto a la carretera

Los vecinos de Les Teyeres –ente ellos Ximo Rodríguez, con chaleco–, concentrados junto a la carretera. | D. O.

Los vecinos de Les Teyeres –ente ellos Ximo Rodríguez, con chaleco–, concentrados junto a la carretera. | D. O. / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Es una de las carreteras más conocidas de Asturias y en ella se disputa una de las pruebas automovilísticas más importantes del calendario nacional, la subida a Santo Emiliano, pero los vecinos que viven a su vera se sienten abandonados. Llevan 20 años pidiendo una acera para poder llegar a sus casas en Les Teyeres, la localidad que está en la margen izquierda de la carretera (subiendo). La primera vez que lo pidieron oficialmente fue el 5 de noviembre de 2004. Maximino Rodríguez, Ximo, alcalde de barrio, conserva los documentos. Ahora han recogido 150 firmas para intentar hacer más presión.

Ángel Camiña, caminando en dirección a Sama. | D. O.

Ángel Camiña, caminando en dirección a Sama. | D. O. / David Orihuela

La carretera es de titularidad regional, con lo que es el Principado quien debe atender la reclamación vecinal. El Ayuntamiento de Langreo entiende y apoya la demanda. El concejal de Obras, Pablo Álvarez, acudió este jueves a una concentración vecinal en la que se pidió, una vez más, esa acera.

"Ya está bien", clama el alcalde de barrio, que explica que los vecinos quieren "un paso peatonal que garantice la seguridad". En lo técnico lo ven sencillo. Dos pasos de peatones y una acera de alrededor de 500 metros de longitud en la margen derecha de la carretera en dirección a Santo Emiliano. "Lo único que tienen que hacer es limpiar y acondicionar el paso habilitando un cruce arriba y otro abajo", detalla Ximo Rodríguez,

Los vecinos se concentraron ayer para que se les vea. En un pequeño recorrido por la carretera quedó patente su peligrosidad. Lo sabe bien Isabel Oliveira. Vecina de la zona, se mueve con dificultad y apoyada en un bastón. Hace 20 años "estaba esperando a mi hija, vino un coche y me llevó por delante, pensaron que no lo contaba". Ella es la demostración palpable del peligro que corren a diario los vecinos que caminan por esta carretera que apenas tiene arcén para dirigirse a sus viviendas.

"Hay que llevar chaleco y linterna y, si es de noche, hay que ir agitando los brazos para que los coches te vean bien", dice Rafael Álvarez. Están a menos de dos kilómetros de la plaza del Ayuntamiento de Langreo, pero acercarse a Sama andando puede convertirse en una temeridad.

Suscríbete para seguir leyendo