El conductor que provocó el último accidente mortal en el Corredor del Nalón llevaba casi quince días muerto: los vecinos avisaron por el fuerte olor

Javier Fernández Santana, exmédico de 68 años, había dado positivo por múltiples drogas el día de la fatal colisión

La autopsia determinará la causa de la muerte, pero no había signos de violencia

El accidente mortal en el Corredor del Nalón, con el vehículo de Santana, de color negro, en el centro, destrozado.

El accidente mortal en el Corredor del Nalón, con el vehículo de Santana, de color negro, en el centro, destrozado. / M. Á. G.

D. O. / M. Á. G.

Javier Fernández Santana, el conductor que presuntamente causó el último accidente mortal en el Corredor del Nalón, en el que fallecieron dos personas el pasado 31 de enero, ha aparecido sin vida en su domicilio de El Entrego. Su cuerpo se encontraba en el interior de la vivienda y se están realizando pruebas para confirmar al cien por cien su identidad. La Policía no halló signos de violencia ni en el cuerpo ni en la estancia, por lo que todo apunta a que Santana se quitó la vida o falleció de muerte natural.

Según ha podido saber este diario, fue una vecina la que dio la voz de alarma al no ver desde hace días al hombre y preocupada por el fuerte olor que salía del piso. Agentes de la Policía Nacional entraron en la casa y encontraron el cuerpo sin vida del hombre.

A Fernández Santana se le echaba en falta desde hace quince días, aproximadamente. Era habitual verlo por El Entrego. Agentes de la Policía Local de San Martín del Rey Aurelio se habían trasladado a su domicilio para hacerle llegar una notificación de comparecencia judicial por el brutal accidente del pasado 31 de enero, pero no habían podido dar con él. 

El fallecido, de 68 años, exmédico y vecino de El Entrego, conducía un Volkwagen Golf que colisionó contra otro vehículo en el que viajaban cuatro miembros de una familia. Las primeras investigaciones apuntaron a que Fernández invadió el carril contrario y fue el causante de un brutal accidente en el que fallecieron dos personas, una madre y su hijo. Él resultó herido y fue ingresado en el hospital, al igual que un hombre que viajaba de acompañante y otras dos personas que iban en el coche contra el que colisionó. Fernández dio positivo en la prueba de drogas que se le realizó tras el siniestro. En concreto, el test arrojó un resultado positivo en cocaína, marihuana y opiáceos. Él lo había negado en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA. Su explicación fue que «había estado durante dos horas con personas que fumaron coca y hash (hachís)». «Inhalé mucho sus humos y salí algo mareado, pero consciente, no pensé que daría positivo en caso de ser sometido a un control porque yo no había consumido nada». Aseguraba que quedó «estupefacto» con el resultado de las pruebas. «Al parecer también salió positivo en opiáceos, que puede ser de la morfina que me dieron para el dolor en el lugar del accidente, además había tomado metilfenidato unos días antes por síndrome de hiperactividad». 

Su adicción a todo tipo de sustancias se remonta a hace décadas. Ese consumo y las secuelas del accidente, tanto físicas como psicológicas, podrían estar también en el origen de su fallecimiento. 

Javier Fernández Santana no fue el herido que peor parado salió en el accidente que había provocado. Tras el siniestro fue trasladado al Hospital Valle del Nalón, donde permaneció ingresado cinco días. Al recibir el alta se trasladó al hotel de La Felguera donde residía en los últimos tiempos. Sus más allegados le reprocharon el accidente que había ocasionado, en el que perdieron la vida dos personas y otras tres resultaron heridas.

El consumo de estupefacientes le hacía tener una percepción completamente distorsionada de la realidad. Llegó a asegurar que fue el otro vehículo el que había invadido el carril contrario y que él no había cometido ninguna irregularidad. Santana cargaba con años de adicción a todo tipo de drogas.

El trágico accidente del 31 de enero tuvo consecuencias en el tráfico del valle del Nalón. Vecinos y autoridades reclamaron medidas para evitar más muertes y el Principado diseñó un plan en colaboración con los ayuntamientos de la comarca y la Dirección General de Tráfico. Lo primero fue reducir a 80 kilómetros por hora la velocidad máxima entre Sama y Pola de Laviana. Lo más llamativo ha sido la línea continua roja que impide el adelantamiento. En las próximas semanas se instalará una mediana y antes del verano se colocará un radar de tramo para controlar la velocidad.