El "todo" se repite. La gente se queja, protesta, en la prensa, en la radio y, por si fuera poco, hasta en la televisión, que todos los artículos, semana a semana, suben de precio, sobre todo en alimentación. Se quejan de subida en el aceite, azúcar, harina, huevos y otros productos derivados de los anteriores, como puede ser el pan. Quien está pendiente de los desplazamientos, vigila los precios de los combustibles.
Dentro de la anterior queja y para buscar un rato de humor, saliéndonos de la triste realidad, recordemos a aquella madre en nuestra posguerra guerra civil que le decía a su hijo: "Hoy dijeron en la arradio que daban aceite, arroz y azúcar". A lo que su hijo enmendando a la madre le dijo: "Madre hay que hablar bien, sobra la a". Muy obediente la señora corrigió la frase y le dijo: "Dijo la radio que daban ceite, rroz y zúcar". Ya sé que es un mal chiste, pero es que hasta en estos tiempos hasta las bromas y los chistes encarecen. Créanlo.
La UE también está preocupada por los precios de los vehículos al ser más baratos en Japón o en Corea, en tanto que en Europa se fabrican más caros. Nuestros coches eléctricos aún resultan caros y los postes de recarga son escasos y distantes unos de otros. Hace unos días, hablaban en televisión de la cantidad de vehículos eléctricos que se han adquirido para la Guardia Civil de carretera, y con cierta ironía alguien decía que estaban como para echar a correr en una persecución. El tema va para largo y hasta el año… seguiremos rodando con gasolina, diésel o híbridos.