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Poesía

La juventud de la noche

Alberto Arce publica Enjambre, su segundo poemario

La juventud de la noche

Sabiendo equilibrar ansias y aristas de la juventud Alberto Arce (Oviedo, 1994) acaba de parir su segundo poemario Enjambre, tomando sus versos por bandera: "Y así, a los veinte años,/ ignoro cuánto tiempo tardaré en traicionarme;/ en dejar de entender lo que ahora soy". Una madurez novel con el poso y reposo de una voz que es consciente de que el oficio de poeta sirve para agrupar cenizas dispersas, como escribe en otro pasaje de la obra: "Cuando escribo el vacío vivo y con desarraigo,/encuentro en mi rincón de las palabras/la mirada encendida". Escribe el escritor José Marcelino García en la solapa del libro: "Alberto Arce forma parte de una promoción de auténticos poetas, alucinados, jóvenes y profundamente arrebatados. Poetas poderosos sin contagio ni pecado de sensiblería". La noche como tabla de salvación y penitencia, el agua fugaz encerrando la condición de la carne: "Somos la lluvia repentina", escribe Arce. En cualquier caso el conocimiento de que para conmover no hay mayor estridencia que la suavidad.

En Enjambre el autor dialoga con el lector como poeta y hombre en la denodada búsqueda y conquista de un tono personal. Arce lo explica así:"De lo que se trata es de librar a la poesía misma de trabas y otros lastres más propios de la juventud. Esta poesía, a la que no me atrevería a denominar del todo como nueva, pretende presentarse ante el lector de una manera cercana; que invite al conocimiento de la misma y a su interpretación con el fin de que se recoja un fruto útil y sincero. Enjambre no es un catálogo estético compacto ni un ejercicio vano de maestría pedante, es una búsqueda constante de la musicalidad cotidiana para su contemplación artística. Mi intención no es otra sino la de ejercer como poeta con conocimiento de causa y con todas las implicaciones morales que ello conlleva. La definición de la voz propia no podría ser bajo ningún concepto el vehículo último de la escritura; por eso trato de hacer pertinente el compromiso con la poesía y para con el contexto que ocupamos, y sufrimos también, la mayor parte del tiempo".

A lo largo de las páginas de Enjambre se distinguen diferentes tonalidades y personajes, que son percepciones que se presentan a los ojos asombrados de los lectores. Ahí están diversas figuras, "la del niño intacto; la del estudiante al uso necesitado de conocimientos; la del chico que, en su veintena, se ve en contacto con una realidad que es deudora indudable del desarraigo absoluto; la del amor en primera persona y la del mero observador del entorno". El índice de lecturas que desaguan en los versos de Arce y son tanto inspiración como fuente de conocimiento para el joven poeta son. "En primer lugar de la poesía del siglo XX (por las similitudes que, pensándolo a posteriori, podrían encontrarse con aquello que conocemos como la Crisis de Fin de Siglo). Los Machado y su gran dominio en las parcelas técnicas del impresionismo, en las descripciones, y del símbolo, para expresar aquello que el lenguaje no alcanza, aparecen constantemente en el intertexto y me ayudan a moldear todo aquello que no sabría cómo hacer de otra manera. En segundo lugar podría decir que las poéticas de la segunda mitad del siglo XX serán las que más se dejen ver en el plano del contenido; en la forma de tratar los temas y en alguna que otra voz", explica sobre los ecos audibles en su obra.

La inestimable compañía de las letras y la vorágine lectura ocupan al escritor ovetense en los estudios de Filología que cursa en la Universidad de Oviedo, algo que, sin duda, incide y discurre en su escritura. " Uno tiene que dar gracias por haber tenido la suerte de conocer a los que fueron y serán sus compañeros de viaje sentimental y humano. La educación nos permite formarnos en todas las parcelas posibles del conocimiento, pero no es la única vía. La búsqueda individual es del mismo modo gratificante. El ámbito universitario es reconfortante. Cada día aprendes lecciones inolvidables sobre lo que fue y es aquello que te apasiona y que no es otra cosa que la lectura", afirma el autor de Enjambre.

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