roberto toral, «robi»

Jugador del Avilés que en Grado anotó dos goles

Avilés, Juan C. GALÁN

La historia de Roberto Toral, «Robi», daría para un libro. Él es el único miembro de su familia que ha salido futbolista. Su padre, con el que comparte nombre, fue un destacado boxeador en su juventud. Pero el chaval salió pelotero. Se inició en el Oviedo, junto a Santi Cazorla, uno de sus mejores amigos. Con el campeón de Europa compartió hasta labores de recogepelotas en un Tartiere de Primera. Ahora, tras varios años fuera de Asturias, quiere relanzar su carrera en el Avilés. Una trayectoria que, años ha, tenía como destino la élite.

-Tras anotar el primer gol en Grado se señaló el escudo y se fue a celebrarlo con el público, ¿por qué?

-Un día hice unas declaraciones en las que dije que era muy del Oviedo. Creo que se malinterpretaron. En Grado quise dejar claro que con el equipo que voy a muerte es el Avilés.

-No sólo usted muestra un gran compromiso, sino todos los jugadores, a pesar de que muchos son nuevos.

-Cuando llegas a un equipo tienes que identificarte con él lo antes posible. Me considero un buen aficionado al fútbol y espero que los futbolistas me den lo que quiero, así que como jugador siempre intento dar lo que creo que me pide la afición.

-¿Tiene que ver este compromiso con el hecho de que gran parte de los fichajes haya llegado de la mano de Robles?

-En el equipo hay mucha gente joven y con ganas de salir adelante. Esas cualidades, sumadas al trabajo de Robles, consiguen que el equipo sea una piña.

-Su fichaje fue sorprendente. No figuraba en ninguna quiniela.

-Cuando acabé contrato en el Ronda, tenía muy claro que quería volver a Asturias, pero no sabía a qué equipo acudir. Me llamó el Candás, pero luego entre Piero, que aún estaba en el equipo, Xiel y Ulpiano me convencieron para venir al Avilés. Me fijé en los fichajes y en el entrenador que habían contratado y me pareció un proyecto interesante.

-Su relación con estrellas de Primera, como Santi Cazorla, es muy estrecha. ¿Alguna vez pensó que también usted llegaría a Primera?

-A Cazorla lo conozco desde categoría alevín, somos buenos amigos. Hasta coincidimos haciendo de recogepelotas en el Tartiere. Cuando yo estaba en las categorías inferiores del Oviedo, el primer equipo militaba en Primera. Yo siempre fui goleador. Incluso fui al torneo de Brunete y también metí goles, y claro que alguna vez pensé en llegar a Primera, pero me echaron por bajito. Así, literalmente. Un día nos midieron a Piero, a Cazorla y a mí y ahí mismo me dí cuenta de que nos darían la baja a los tres.

-Con Cazorla, ¿habla de fútbol o de la vida en general?

-De todo, porque soy muy cotilla. Siempre le doy la paliza con cómo son los compañeros y cómo es su vida jugando en Primera. Ojalá pudiera sentirme futbolista como él.

-De todas formas, en el campo se le ven detalles técnicos que recuerdan a jugadores de primera, ¿es muy futbolero?

-¡La de partidos que habré visto en mi vida! Estuve cinco años de recogepelotas en el Tartiere, cuando el Oviedo estaba en Primera. Hasta me hice una especie de «jefecillo» de los recogepelotas. A ras de campo se ven muy bien los movimientos de los futbolistas, es una gran escuela.