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Marañuelas de Primera División

Un matrimonio de Prendes cumple la promesa de cocinar 564 piezas del dulce si el Sporting ascendía

María Jesús Morán entrega a Gerardo Ruiz su paquete de marañuelas. Á. C.

Los habituales de Mareo les conocen, los futbolistas del Sporting, mucho más. Vicente Príncipe y María Jesús Morán son un matrimonio de Prendes que pueden presumir de ser testigos de cada partido del Sporting en los últimos años, los de casa, y la gran mayoría de los disputados lejos de Gijón. No sólo de eso, también han seguido, a pie de campo, cada uno de los entrenamientos realizados en Mareo. Un contacto tan directo que les ha convertido en cómplices de técnicos y jugadores, a los que propusieron el más dulce de los retos la pasada temporada. Cocinarían marañuelas para todos si se lograba el ascenso. Anteayer, en el primer día de la vuelta al trabajo del equipo, no fallaron a la cita, evidentemente, y tampoco se olvidaron de traer la recompensa prometida.

"Ella fue haciéndolas a mano y yo estuve de forneru", comenta con media sonrisa Vicente mientras abre el repleto maletero del coche con el que acaba de llegar a Mareo. Un maletero que esconde 47 bolsas, con una docena de marañuelas cada una, ordenadas cuidadosamente. "Traemos para todos los jugadores, para los miembros del cuerpo técnico, para los servicios médicos e incluso para Leli -jefe de de prensa del club-. ¡Ah!, también para Canella, que aunque el año pasado estuvo en el Dépor, no le íbamos a dejar sin ellas al probe", señala con gracia María Jesús. Y es que ella es la encargada de cuidar los detalles. Desde la singularidad de que cada uno de los envoltorios luzca la fotografía de su destinatario, pasando por cuidados como que el lazo que ejerce de cierre permanezca sin arrugarse, y hasta que el particular envío se produzca sin ningún extravío por el camino. "A mí es que me hace una ilusión tremenda estas cosas", añade la cocinera.

6 kilos de harina, tres de azúcar, dos de manteca, dos docenas de huevos, cuatro copas de anís, la ralladura de cuatro limones y un poco de levadura y sal integran el dulce premio del que ya disfruta el Sporting. "Hay que amasar un día antes, lo dejas reposar, luego vas haciendo y al horno", explica María Jesús. Un último paso, el de la cocción, dirigido ya por Vicente, en lugar tan especial como el regalo. "Como con tanto no podíamos en casa (se trata de 564 marañuelas en total), fuimos a una panadería a hacerlas. A la de La Flor, en Yabio, Perlora. Se portaron muy bien con nosotros, no nos cobraron nada", recuerda el encargado de ir metiendo y sacando los suculentos manjares del fogón. "No es la primera vez que lo hacemos, ¡eh!", intercede María Jesús. "La primera fue en el ascenso de 2008, cuando Preciado. Había que seguir con la tradición. Y si esti añu se mantienen...", comenta. "¿Ya les dijiste algo?", le pregunta su marido. "Habrá que volver a ponerse a ello, Vicente", contesta mientras concluye con el reparto.

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