El Avilés Stadium (Primera regional) es una espléndida realidad. El club que puso en marcha hace tres años una parte de la afición del Real Avilés, harta de la forma de gestionar el club de la familia Tejero, se ha consolidado y el pasado domingo logró en Santo Domingo la mejor entrada de su corta historia al reunir a unas 550 personas (el club tiene 375 socios) para ver al Luarca (1-0), un partido vital para conseguir el ansiado ascenso.

Y eso que el viento y la abundante lluvia, no invitaba a acudir a un campo como Santo Domingo, que carece de aparcamiento y que cuenta con una pequeña grada para 110 personas que en realidad no ayuda porque el frío y el agua se cuelan en todos los sitios. Los 400 restantes tuvieron que estar a la intemperie y está claro que la instalación se queda pequeña para un club en crecimiento, sobre todo si sube a Preferente. El problema del campo es una asignatura pendiente del club, que ya solicitó al Ayuntamiento de Avilés desde su creación poder utilizar el Muro de Zaro, incluso jugando por las tardes, dado que el Real Avilés tiene la concesión del Suárez Puerta.

La entrada del domingo es incluso superior a las que registran los dos equipos asturianos de Segunda B, el Lealtad (que ante el Arenas tenía 350 personas en Les Caleyes) y el Caudal que ronda los 400 en el Hermanos Antuña. Y sólo un campo de Tercera tuvo más público, fue en Miramar para ver el Marino-Langreo que reunió a 700 personas en el choque más interesante del día porque ambos están inmersos en la lucha por el título. En el resto la entrada osciló entre los 150 y los 250 espectadores, inferior a la media para ver al Stadium en casa, que oscila entre 250-300 personas.

Tampoco hay muchos equipos que arrastren fuera a un mínimo de 70 aficionados, que pasan del centenar cuando el desplazamiento es corto. De hecho, el rival del domingo (18.15 horas), el descendido Arenesco, mandó al Stadium cien entradas a seis euros que se puedan adquirir mañana y el viernes de seis a ocho de la tarde en la sede del club.

El equipo sólo piensa en ganar en El Pico para consolidar el triunfo ante el Luarca, que deja a los avilesinos con pie y medio en Preferente a falta de seis jornadas al distanciar en tres puntos a los luarqueses con un partido menos, el aplazado el 4 de febrero por la nieve contra un Boal en descenso, que se jugará el Jueves Santo (17.00 horas) en Llaviada.

Nadie en el club quiere celebrar aún el ascenso, pero la confianza es máxima por las buenas sensaciones que transmite el equipo de Luis Castro, y la mayoría de los aficionados ya saborea un posible duelo en Preferente contra el Real Avilés, que está en puestos de descenso en Tercera.