Un operativo de 4.000 efectivos, de los cuales 2.054 serán policías nacionales y 80 de ellos asturianos, custodiarán las inmediaciones del Santiago Bernabeú durante la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, mañana a las 20.30 horas. El encuentro está considerado como de "alto riesgo" por la presencia en Madrid de cerca de 300 aficionados radicales de cada escuadra y de 25.000 hinchas de cada equipo. Sin ir más lejos, ayer fue detenido y deportado un segundo hincha argentino, considerado como "muy peligroso", en el aeropuerto de Barajas. Se trata de Christian Ariel Ghisletti, seguidor de River, quien tiene prohibido el acceso al estadio del club de la franja roja. El primer hincha deportado a Argentina fue Maxi Mazzaro, ultra de Boca, deportado el pasado jueves a su llegada a España. Ayer, de regreso en Buenos Aires afirmó que "solo iba de vacaciones". Al partido irá Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Si gana River, lo celebrará en Sol. Si gana Boca, en Colón.