Los Pasionistas, fieles a Mieres: Así se ha cimentado una relación de casi 120 años

La congregación se acerca a los 120 años de presencia en la ciudad convertida en la comunidad religiosa más activa y arraigada en el concejo

La última procesión de las fiestas del Carmen.

La última procesión de las fiestas del Carmen. / David Montañés

La actual iglesia de los Padres Pasionistas es relativamente moderna en el marco histórico de Mieres, pero es guardiana de un relato que roza los 120 años de crónica. El templo construido a finales de la década de los cincuenta tras el derribo del convento antiguo, levantado en 1911, es hogar de la comunidad de los Padres Pasionistas. La que hoy es la parroquia más activa y dinámica del concejo se fundó el 27 de enero de 1907, durante un frío invierno que terminó abrigando una íntima relación entre la congregación y la ciudad.

La última procesión del Carmen, en el barrio de La Villa. | D. M.

La última procesión del Carmen, en el barrio de La Villa. | D. M. / David Montañés,

"Son casi 120 años muy intensos, que se saldan con infinidad de obras sociales y espirituales al servicio de la villa", destaca Rodrigo Sevillano, actual responsable de la congregación. La comunidad está compuesta en estos momentos por cinco religiosos. Son los padres Manolo, Gonzalo, Benito y Carlos, junto con el ya citado Rodrigo Sevillano. "El pueblo de Mieres es para nosotros algo familiar, algo muy nuestro. Somos herederos de una historia tremendamente rica que hemos narrado y nos esforzamos cada día por ser unos dignos continuadores de la misión a la que somos llamados como Pasionistas", destacan los religiosos.

Los Pasionistas, fieles a Mieres

Los Pasionistas, fieles a Mieres / David Montañés,

Los 117 años que la comunidad lleva ligada a Mieres han dado para conformar una historia llena de alegrías y también amarguras. Los inicios fueron complicados: "Los primeros religiosos tuvieron que sufrir bastante de mano, pues no conocían a nadie y hacía un tiempo muy malo, con lluvias y nieve. Se vieron muy apurados para proveerse del sustento necesario", apunta Sevillano. "A pesar de las dificultades, el esfuerzo, el sacrificio, la bondad y el bien, como siempre, se fueron abriendo camino", destaca.

Los Pasionistas, fieles a Mieres

Los Pasionistas, fieles a Mieres / David Montañés,

La comunidad pasionista terminó arraigando en Mieres y durante mucho tiempo fue fuente de seminaristas que ejercieron por todo el mundo. A nivel interno, lo que más hondo llega a la comunidad es el recuerdo de los siete pasionistas mártires "que en este lugar aprendieron la virtud del amor y la fidelidad sellada con su propia sangre". Uno de ellos fue canonizado por el papa Juan Pablo II. Se trata de San Inocencio de la Inmaculada (Manuel Canoura Arnau), asesinado en 1934 con el grupo de religiosos conocido como los "mártires de Turón".

El 4 de octubre de 1934, el día anterior al inicio de la revolución de Asturias, el pasionista subió desde el convento de Mieres hasta el colegio de La Salle en Turón para confesar a los niños que preparaban la comunión. El historiador Ernesto Burgos indica que eran tantos los niños que ocupó en ello todo el día y decidió quedarse a pasar la noche con los frailes locales, lo que fue su perdición, porque a las pocas horas la dinamita empezó a retumbar. Fue detenido y fusilado días después junto a ocho curas y dos oficiales de carabineros.

Consejo parroquial.

Consejo parroquial. / LNE

Al margen de los violentos acontecimientos de la Revolución del 34, la vinculación de los Pasionistas con el devenir histórico de Mieres ha sido armonioso y apacible. "La historia de este lugar resulta especialmente entrañable para muchos hermanos que aquí estudiaron, enseñaron, predicaron, celebraron sacramentos, acompañaron a moribundos, dialogaron con jóvenes universitarios y mineros, aprendieron a conocer Asturias y quedaron prendados de la simpatía y la fe de esta tierra trabajadora, cordial, generosa y agradecida", indican los actuales religiosos.

La larga presencia pasionista en Mieres ha dejado hitos de alcance nacional. El convento está ligado a una devoción especial de origen italiano. Y es que el primer altar en España dedicado a Santa Gema se erigió en Mieres en 1951. "Cada día, y especialmente los 14 de cada mes, son muchísimas las personas que se acercan a contarle sus preocupaciones y deseos. Además, pequeñas capillas con la imagen de la santa recorren regularmente los hogares de la parroquia", explica Sevillano.

La tarea primordial de la congregación se asienta en la parroquia del Carmen. En unidad pastoral, atienden también la capilla de La Villa y la parroquia de Santa Marina. "Trabajamos con ilusión por la consolidación de una comunidad parroquial acogedora, disponible y cercana que favorezca el crecimiento humano y cristiano de las personas", señalan los curas. A nivel operativo, se organizan entorno a un consejo pastoral que se reúne cada mes para programar, evaluar y organizar las diversas actividades y celebraciones. Está formado por un miembro de cada uno de los grupos que existen en la parroquia, además de un presidente y un secretario. Son un total de nueve los grupos activos, destacando el de catequesis, el de jóvenes y el de Cáritas.

La catequesis

"El de catequesis es uno de los grupos de mayor impacto en la parroquia", subraya los religiosos. Cada domingo se reúnen numerosos niños, acompañados por sus padres, para preparar durante tres cursos la Primera Comunión. La comunidad organiza a lo largo del año numerosos actividades abiertas al público, como el Festival de la Canción misionera.

La actividad de Cáritas es otro de los ejes de trabajo esenciales. "En nuestro entorno viven muchas personas y familias completas con extremas necesidades. Gracias a la infinita solidaridad de nuestros feligreses podemos llevar a cabo ayudas para paliar estas situaciones tan difíciles", destaca Rodrigo Sevillano.

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