El viernes, mientras el Consejo de Ministros trataba sobre la nueva Ley del Deporte estatal, el consejero de Educación y Cultura del Principado, Genaro Alonso, defendía ante la Junta el proyecto de la ley que sustituya a la de 1994. Los dos textos son muy parecidos porque responden a las necesidades de una actividad que, tanto en su apartado competitivo como recreativo, ha evolucionado mucho en las últimas dos décadas. Ya nadie duda de la necesidad de fomentar el deporte entre las mujeres y las personas con algún tipo de discapacidad; ni en la obligación de las administraciones de controlar las cuentas de las federaciones y los clubes. En líneas generales, ambas han sido bien recibidas, pero no podía faltar algún punto de fricción y, curiosamente, está relacionado con el fútbol. La modificación del artículo 90 de la ley estatal anuncia más problemas entre LaLiga y la Federación Española o, mejor dicho, entre Javier Tebas y Luis Rubiales. "En ningún caso las ligas profesionales podrán adquirir, explotar o comercializar los derechos económicos de cualquier competición de la que no tenga la condición de organización", expone un texto que acabaría con la LaLigaSports, la plataforma que aporta tres millones de euros a varias federaciones.