El Sporting quiso, pero no pudo arrebatarle el liderato al Celta de Vigo en Mareo. Los rojiblancos dejaron escapar vivos a los gallegos y vieron como estos mantenían la primera posición. Álvaro Santamaría erró un penalti a pocos minutos del final y los rojiblancos tendrán que esperar por un fallo de los vigueses para tener una nueva oportunidad de colocarse como líderes de la División de Honor.

Fueron los gallegos los que comenzaron dominando el partido. En el minuto 5, Miguel, el jugador más activo en ataque del Celta, entró por la banda derecha, filtró un balón al área y el defensa rojiblanco Christian arrolló a Raúl cometiendo penalti. Fue claro, no hubo discusiones. Miguel fue el encargado de batir a Javi, portero del Sporting. El Celta controlaba el partido hasta que un balón en largo sin aparente peligro provocó una indecisión entre el portero vigués y su central Carlos. Álvaro Santamaría, muy atento, consiguió meter el pie y enviar el balón por encima del cancerbero vigués. No se había cumplido el primer cuarto de hora y el resultado era ya de empate a uno. El marcador no se movería más en todo el partido. Los rojiblancos pidieron penalti en una jugada sobre Álvaro Santamaría en la que el colegiado interpretó que no había pasado absolutamente nada. Marcos vio tarjeta amarilla por protestar la acción.

En la segunda mitad, el Sporting comenzó con más fuerza. El Celta se evaporó y los rojiblancos se hicieron dueños del balón. La entrada de Álex Oyón cambió el encuentro. El rojiblanco lo intentó en varias ocasiones desde la frontal, pero sin suerte. A falta de diez minutos para el final, el vigués Pablo Guimera cometió un penalti absurdo tras cazar por detrás al propio Oyón. Álvaro Santamaría, uno de los jugadores más destacados del Sporting durante todo el partido, lanzó el balón por encima del larguero para alivio de los celtistas y desesperación de los rojiblancos.