Luanco despidió ayer, con un funeral en su iglesia parroquial, a Rafael Sarandeses Arias, una figura histórica del atletismo asturiano. Había fallecido el día anterior en Avilés a la edad de 87 años.

Sarandeses, ovetense, perteneciente a una estirpe de destacados asturianistas, fue un deportista completo, que brilló en diferentes especialidades, si bien sería el atletismo la que le abriría las puertas a la posterioridad, al llegar a ser campeón de España, en la modalidad de 400 metros vallas, título que consiguió en 1950. En esa disciplina estableció el récord nacional con una marca que tendría una larga vigencia. Él y Pelayo Botas, éste en jabalina, continuaron el triple éxito que habían alcanzado tres años antes en Barcelona José Luis Rubio, campeón en 400 metros vallas, Manuel Polo, vencedor en 10.000 metros lisos y Manolo García, primero en lanzamiento de martillo. En el auge del atletismo asturiano en aquellos años tuvo mucho que ver la posibilidad de contar con la primera pista que se construyó en Asturias, la de La Exposición, en Avilés, inaugurada en 1944.

Químico de profesión, Rafael Sarandeses acabó asentando su domicilio en Madrid, pero sin perder sus vínculos con Asturias, ya que tuvo una segunda residencia en Luanco, a la que venía con asiduidad. Y mantenía la amistad con sus antiguos compañeros de deporte, a cuyas reuniones anuales no faltaba.