El Madrid esperó y desesperó con Mbappé hasta el final del último mercado. Una vez constatado que el PSG no iba a vender al delantero, acabó atando a otro joven talento francés, que también acababa contrato el año que viene: Eduardo Camavinga. Pagó al Rennes 31 millones por este centrocampista de 18 años al que le han bastado un par de ratitos para demostrar su potencial. Un chaval que sabe desde muy pequeño lo que es tener que empezar de cero. 

"Haber tenido que escapar de la guerra me ha podido ayudar, hacerme más fuerte. Pero sobre todo es que mi familia me ha ayudado mucho y cuando juego, juego por ellos", sentenció en su presentación. Su familia había huido de la guerra del Congo hasta llegar a Angola, donde Eduardo nació en un campo de refugiados de Mejide. Poco tiempo después se marchó junto a sus cinco hermanos y sus padres a Francia, a la pequeña localidad de Fougeres. Cuando con 11 años empezaba a despuntar como futbolista y estaba a punto de fichar por el Rennes su casa era consumida por las llamas. Lo perdieron todo, desde los pasaportes hasta sus efectos personales.

El vaticinio

"No te preocupes, vas a ser un gran futbolista y vas a reconstruir esta casa", le dijo entonces su padre. Con ese objetivo en mente, Eduardo se ha ido conformando en una de las principales promesas del fútbol francés. 

De momento, con la camiseta blanca ya ha demostrado que no es solo un jugador de gran futuro sino también de presente. El centrocampista, que dejó buenas sensaciones en su estreno en el remozado Santiago Bernabéu, fue decisivo en el estreno europeo. En Milán salió a tan solo 10 minutos del final y de sus botas nació el gol de la victoria: cuando estaba a punto de agotarse el tiempo reglamentario, recogió en el área un balón filtrado por Fede Valverde y sin dejarla caer sirvió un pase al primer toque para que Rodrygo asegurara el triunfo.

Rachas en juego

Este domingo visitará por primera vez Mestalla, un campo que no se le da bien a su nuevo equipo, que solo ha logrado una victoria en sus últimas siete visitas. Enfrente tendrá a un Valencia que ha empezado bien la temporada con su nuevo técnico, José Bordalás. "No tenemos miedo absolutamente a nadie. Yo nunca lo he tenido. Respeto sí, obviamente, no sólo a ellos sino a todos. No podemos tener miedo porque hacemos lo que más nos gusta, es una profesión increíble y con una afición increíble"», destacó el exentrenador del Getafe. Con su anterior equipo nunca ganó al Madrid (seis derrotas y dos empates). Este domingo intentará poner fin a la racha de un Madrid que encadena 22 partidos seguidos sin perder en LaLiga.