Rugby

El homenaje más emocionante del Oviedo Rugby: "Fue bastante emotivo"

El Oviedo Rugby rinde tributo por sorpresa al retirado Fon Menéndez tras casi veinte años en el club

Fon Menéndez, con el mural que le regalaron sus antiguos compañeros durante el homenaje en el campo del Naranco. | Oviedo Rugby

Fon Menéndez, con el mural que le regalaron sus antiguos compañeros durante el homenaje en el campo del Naranco. | Oviedo Rugby / Javier Sámano Lucas

A Alfonso Menéndez (Oviedo, 32 años) sus compañeros del Oviedo Rugby –el club de su vida, en el que pasó de niño a hombre, en el que estuvo casi veinte años– lo conocen como Fon. Los inicios de Fon en el rugby tienen algo de azaroso: nadie jugaba en casa ("mi familia no es muy deportista"), apenas conocía el deporte y se alcanzó el quórum de milagro para formar el equipo cuando se apuntó, con 13 años, a la escuela del que siempre sería su equipo. "Iba al colegio de las Ursulinas, que estaba al lado del Naranco (donde juega el Oviedo Rugby). Era una actividad extraescolar. Salió adelante de milagro, fuimos el número justo para poder jugar: si teníamos que ser catorce, fuimos catorce clavados", recuerda.

Los jugadores del Oviedo Rugby mantean a Fon tras el homenaje. | O. Rugby

Los jugadores del Oviedo Rugby mantean a Fon tras el homenaje. | O. Rugby / Javier Sámano Lucas

Aquel niño de 13 años devino en el adulto de 32 que, hace un par de fines de semana, recibió el reconocimiento de afición, compañeros y amigos por más de media vida consagrada al Oviedo Rugby. Retirado el año pasado, Fon se disponía, como aún acostumbra, a acercarse al Naranco a ver el partido que el equipo azul disputaba contra el Gernika. No tenía ni idea de que lo esperaba en el estadio. O casi. "Era sorpresa, pero algo me olía –reconoce–. Vi a mucha gente que hacía mucho que no veía, a otros que era raro que se acercasen al Naranco… Pero fue súper guay. Después del partido, me llamaron para que bajase al campo. Me abrieron un pasillo, me dieron una camiseta, regalos, un pin, un mural con fotos… Fue bastante emotivo, casi se me cae la lagrimita. Me hizo mucha ilusión ver a tanta gente querida: compañeros, antiguos entrenadores, amigos de fuera del rugby".

Fon ingresó en la cantera del Oviedo Rugby en la 2004/05. La cosa se le dio bien, y debutó con el primer equipo recién cumplida la mayoría de edad. Hasta que lo dejó, al término de la 2022/23, jugó en la segunda categoría del rugby español, con el único borrón de un descenso ("el momento más duro de mi carrera") que, no obstante, quedó rápidamente solapado por el ascenso del año siguiente, una fecha "inolvidable", aunque no tanto como lo hubiera sido subir a la máxima élite. "Es la espinita que me queda dentro, no haber jugado en División de Honor con el Oviedo", dice Fon, que hace una pausa entre División de Honor y Oviedo, como queriendo enfatizar que a él eso de jugar con los mejores solo le habría merecido la pena hacerlo con su Oviedo del alma.

Casi un año después de retirarse, Fon aún conserva el fuego competitivo ("no me ha dejado de gustar el rugby, me sigue encantando, todavía me ‘pica’"). Pero si algo añora es la camaradería del vestuario: los entrenamientos con los compañeros, bregar hombro con hombro en cada melé, los autobuses de vuelta a casa después de una victoria fuera ("lo que más echo de menos").

"De lo que más orgulloso me siento de mi carrera es del cariño de la gente y de las amistades hechas", concluye Fon, consciente como pocos de que el secreto del éxito de un jugador de rugby está en lo único innegociable: el esfuerzo: "Esto va de tener constancia y dedicación, de no tirar la toalla, de apretar cuando vienen mal dadas".

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