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Víctor Rivera

EN EL TIEMPO AÑADIDO

Víctor Rivera

Primeras certezas y una media inglesa

El rumbo firme del Sporting y la tristeza que produce ver a la quinta de La Asunción brillar sin público en las gradas

Con más luces que sombras (que también las hay), el Sporting ha recorrido ya una quinta parte del camino. El equipo avanza con rumbo firme, velocidad constante y sensaciones nuevas en esta plantilla, como la de verse regularmente en puestos de ascenso o la de ser capaz (al fin) de remontar un resultado adverso. Aunque no se ciñe a los parámetros exactos de la media inglesa (ganar en casa y empatar fuera), el Sporting alcanza ese promedio soñado de dos puntos por partido. Son números de equipo serio. Números de aspirante. Que parece que en estos tiempos de restricciones ya está mal visto hasta soñar.

El camino recorrido hasta ahora permite sacar las primeras certezas. La más importante es la confirmación de que las cosas van bien cuando el Sporting se acerca a Mareo. Nueve asturianos llenaron de puro sentimiento la rojiblanca en uno de los mejores partidos de la temporada. El corazón es siempre un plus. Da lástima que estos guajes no reciban el calor de las gradas como se lo han merecido. Da pena pensar en esos padres, que tras años papando frío en Mareo y otros campos de Asturias, no pudieron presenciar el debut y el asentamiento de la quinta de La Asunción en el primer equipo. Entristecen esas gradas vacías, esa celebración solitaria de dos guardas de seguridad que captó, como siempre, el ojo clínico de Ángel González y que nos representan a todos los que no pudimos estar.

El repaso de las primeras certezas confirma a Manu García como el mejor trescuartista de la categoría. Un lujo para el Sporting que muchas veces no sabemos apreciar, ni algunos entrenadores ni muchos aficionados. Con Manu como enganche, la victoria está siempre más cerca. Otro con el que no se admiten dudas es con Pedro Díaz. Sencillamente le da otra cara al equipo. Pero todo esto, ya lo sabíamos antes de empezar. Como también sabemos que el sistema defensivo funciona. Salvo el tonto penalti regalado y una falta a última hora, la Ponferradina no exigió nada de Mariño.

Lo nuevo es que se ha solucionado definitivamente el problema de los laterales. Los guajes de La Asunción Guille Rosas y Pablo García están varios peldaños por encima de su competencia. Curioso lo del lateral zurdo, el único del equipo que tiene pleno de victorias en sus titularidades. Por algo será.

También hay defectos que se han cronificado. El tema de las bandas no se ha resuelto. Cumic, ni frío ni calor y Aitor juega solo para sí, sin pensar en los que le rodean. Es curiosa la afición del Sporting con sus filias y sus fobias. Se critica con la máxima severidad la falta de acierto de Djuka, ignorando por completo su buena labor para el equipo. Mientras algún compañero con nula aportación en estos ocho partidos sale indemne por completo de las pullas y nunca se cuestiona su titularidad. Le duela a quien le duela, Djuka juega porque no hay un delantero mejor en la plantilla. Para la banda izquierda ha venido Gaspar a reclamar un debate que debe hacerse desde ya.

Otra sensación nueva de lo que va de curso es la de tener un entrenador capaz de ganar partidos. David Gallego erró el domingo con algunas decisiones de su equipo titular, pero clavó los cambios. El juego del equipo es la mejor demostración de esta teoría. No todo son certezas, quedan varios interrogantes por resolver. El principal es si los guajes aguantarán este ritmo. Hay que disfrutar mientras se pueda.

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