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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Sporting y el Oviedo: Tiempos pasados y mejores

Hubo un tiempo en el que había secretarios técnicos, entrenadores y futbolistas que atravesaban la frontera invisible que separa a Gijón y a Oviedo para jugar en el eterno rival y no pasaba (casi) nada

Una acción del Oviedo-Sporting de la primera vuelta

Hubo un tiempo en el que había secretarios técnicos, entrenadores y futbolistas que atravesaban la frontera invisible que separa a Gijón y a Oviedo para jugar en el eterno rival y no pasaba (casi) nada. Incluso había gentes que cada domingo cruzaban el charco psicológico para disfrutar de fútbol de Primera en el campo del rival: en un año deportivo había la posibilidad de ver dos veces al Barça y al Real Madrid, por ejemplo.

Y de postre, el Avilés se movía con relativa comodidad por Segunda. De aquello, de los dos equipos asturianos en la UEFA al mismo tiempo, han pasado treinta años. Fue la última época dorada del fútbol asturiano. Se valoró poco o nada. Suele pasar con cosas así. Solo el tiempo y el hambre que vino después hicieron que se valorara aquel logro del fútbol asturiano de principios de los 90.

Treinta años después, el Avilés trata de resurgir de sus cenizas desde Tercera una vez que Tejero, su anterior propietario, se hiciera a un lado tras muchos –demasiados– episodios mezcla de guion de García Berlanga y puesta en escena del cine quinqui de Eloy de la Iglesia. De lo que fue del Sporting y del Oviedo, queda poco que contar que no se sepa. Uno tragó barro para luego vivir un cuento de hadas –que sigue incompleto– al ser rescatado en el último aliento como Richard Gere hizo con Julia Roberts en “Pretty Woman”.

Treinta años después, el Avilés trata de resurgir. De lo que fue del Sporting y del Oviedo queda poco que contar: uno tragó barro para luego vivir un cuento de hadas que sigue incompleto y el otro se pasó años enviando postales desde el filo

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El otro se pasó años enviando postales desde el filo para luego ir teniendo pequeños repuntes y momentos de lucidez mezclados con grandes recaídas. Hoy, el Sporting luce músculo e irradia ilusión y el Oviedo firma un año tranquilo después del susto del anterior. Pero nada comparable a lo de hace tres décadas. Y sí, en esto cualquier tiempo pasado fue mejor.

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