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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Oviedo, el Sporting y el adiós de Maxi: El corazón de Gallego

El técnico rojiblanco muestra su lado más humano, el Oviedo celebra los treinta años de aquel partido ante el Génova y el presidente de la Asturiana será otro después de casi tres décadas de Maximino Martínez

David Gallego, con la mina de La Camocha detrás Marcos León

Cada día que pasa queda clarinete que el papel de los entrenadores (de “fúrgol”) se centra más en la psicología, en ayudar a gestionar el peso de las emociones de los muchachos, sus días de gloria y de fracasos, que en la pizarra. Luego está la habilidad de cada uno para convencer a la tropa de hacer esto y lo otro de determinada manera. David Gallego cuenta en LA NUEVA ESPAÑA que una de las cosas que hace es establecer planes individuales negociando con los chiquillos autoevaluaciones periódicas. Y dado los resultados de ayer y de ahora, la cosa no va mal, la estrategia funciona.

También cuenta en estas páginas el hombre de moda en Gijón las heridas que le ha ido dejando la vida: la crueldad de la mina con su familia, lo complicado que fue afrontar el confinamiento lejos de lo suyos y lo duro que es un proceso de separación. Por si había dudas, debajo de esa piel hay sangre y un músculo que late. Tras la entrevista pocos quedarán entre la parroquia rojiblanca que no estén dispuestos a abrazar el galleguismo.

El presidente que primero lo fue de Villar y luego de Rubiales ha podido con todo (y con todos) menos con el covid y deja tras de sí una gestión que juzgará la historia. O no

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Mientras, a 28 kilómetros disfrutan de la conjunción astral que hace coincidir los treinta años del último momento dorado de los azules, la eliminatoria de la UEFA ante el Génova, con la mejor racha desde el regreso del infierno embarrado. Y todo en el mismo momento en el que Maximino Martínez ha decidido jubilarse después de más de treinta años repartidos entre cinco décadas distintas vinculado a la Federación Asturiana. El presidente que primero lo fue de Villar y luego de Rubiales ha podido con todo (y con todos) menos con el covid y deja tras de sí una gestión que juzgará la historia. O no.

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