El Gobierno asturiano asegura que "por el momento no hay datos" que certifiquen una desaceleración económica en Asturias y ello a pesar del análisis divulgado anteayer por la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) en el que alertaba de una ralentización que se achacaba, en parte, a la falta de acuerdos políticos para sacar adelante los presupuestos.

"Asturias creció en 2017 un 3,48%, por encima de la media nacional, y las previsiones de este año sitúan el crecimiento en el 2,7%. Al margen de que ese dato pueda variar, la tendencia es que Asturias va a encadenar cuatro años consecutivos de crecimiento. Asturias participa con fuerza del crecimiento económico", sostuvo ayer el portavoz del Ejecutivo regional, Guillermo Martínez, que a pesar de reconocer la existencia de esas previsiones a la baja en el crecimiento subrayó que "por el momento no hay datos sobre la desaceleración".

Si se observa el acumulado hasta el verano de los principales indicadores de la actividad económica de Asturias se aprecia que la evolución es mejor que el pasado año en agroganadería, en la construcción, en el comercio y en la demanda interna. Por contra se nota desaceleración en el sector industrial, los servicios no vinculados al comercio, la pesca y, sobre todo, en las exportaciones, que han pasado de crecer un 23,5% el pasado año a caer el 6,3%. La ralentización también se aprecia en el mercado laboral, con un menor ritmo tanto en la reducción del paro (que baja del 8,1 al 7,1%) como en las altas en la Seguridad Social (que crecían un 1,9% en 2017 y ahora lo hacen en un 1,2%).

El estudio de FADE vincula la "desaceleración" con la falta de presupuesto regional por los desacuerdos de los partidos. "Nadie como el Gobierno ha repetido tanto la necesidad de que haya Presupuesto. Por lo tanto, podemos coincidir en que el Presupuesto es bueno para Asturias y la voluntad del Gobierno es alcanzar ese acuerdo, pero habría que preguntar a algunos grupos por la incapacidad para que Asturias cuente con uno nuevo", afirmó Guillermo Martínez.

El diputado del PP José Agustín Cuervas-Mons señaló que no comparte la valoración de FADE. "La desaceleración no se debe a la falta de acuerdos políticos, se debe a las malas prácticas de los que gobiernan en Asturias y ahora en España, al fracaso de las políticas socialistas", afirmó Cuervas-Mons, que añadió que su partido "siempre puso los intereses de los asturianos por delante" y destacó los dos acuerdos presupuestarios con el PSOE en Asturias.

El portavoz de Podemos en la Junta, Enrique López, señaló que "la desaceleración en la economía asturiana no es ninguna novedad y es consecuencia de las políticas fracasadas de los sucesivos gobiernos autonómicos". Sobre el actual, López apuntó que "no es capaz de revertir la situación de la falta de empleo, de una economía que nos sitúa a la cola del desarrollo productivo en el país y de parar la sangría demográfica". López añadió que para "revertir" esas políticas "todos los actores deben poner de su parte" y así la patronal "debe posibilitar que nuestra comunidad sea un territorio ejemplar en cuanto a las buenas prácticas empresariales".

El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, afirmó que "la desaceleración es general por el debilitamiento de los vientos de cola en Europa" y añadió que "otra cosa es la necesidad de consolidar los acuerdos políticos y sociales en los presupuestos asturiano y del Estado, que consideramos imprescindibles". Además apuntó que FADE "debería barrer su casa favoreciendo acuerdos en los convenios que bloquea".

El diputado de Ciudadanos Armando Fernández Bartolomé señaló que comparte la visión de la FADE y lamentó que en la Junta "primen los intereses partidistas sobre los generales", lo que se traduce en prórrogas presupuestarias "y una inversión pública escasa". Bartolomé añadió que "urge un cambio de ciclo" y una política "pragmática" porque Asturias "con su débil economía está peor preparada que otras comunidades para afrontar una desaceleración".

El portavoz de Foro, Pedro Leal, señaló que el Principado "lo que necesita es un buen presupuesto para lograr el objetivo de la recuperación" y "para abandonar el clientelismo habitual y un modelo de economía subsidiada, para iniciar un camino fundamentado en la economía productiva y en la innovación".