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Solo 3.000 autónomos asturianos piden las ayudas covid, “un laberinto burocrático”

Los requisitos para acceder al fondo estatal obligan a muchos negocios a desistir | Las asociaciones exigen cambios al Gobierno central

Ambiente en una terraza de Avilés. | Mara Villamuza

El plan del Gobierno nacional para rescatar a los autónomos ha sido todo un fiasco, a tenor de las declaraciones de las asociaciones de trabajadores por cuenta propia de la región. Y los datos de los que dispone el Principado corroboran sus impresiones: solo 3.000 autoempleados (el 12% de los previstos) solicitaron el auxilio económico. La cifra puede parecer elevada, pero no lo es. En Asturias hay más de 50.000 trabajadores por cuenta propia, de los que la inmensa mayoría se vieron afectados por las restricciones para intentar frenar la expansión del virus. De hecho, la primera estimación que había realizado el Gobierno regional era que habría unos 25.000 demandantes de estas subvenciones, ideadas para que los autónomos hicieran frente a deudas y gastos. Una especie de rescate. No fue así.

¿Qué es lo que ha fallado? Las asociaciones de autónomos aseguran que los requisitos para llegar hasta las subvenciones eran una especie de “laberinto burocrático” que hizo que muchos autoempleados acabaran tirando la toalla por el camino. Eran demasiado exigentes. De hecho, las propias asesorías denunciaron recientemente que el plazo que había para solicitar las ayudas –cerrado el 14 de julio en Asturias– era demasiado corto, lo que provocó que a muchos ni siquiera les diera tiempo a preparar la documentación que se demandaba.

A nivel estatal, el Gobierno había reservado 7.000 millones de euros para acometer el rescate de los autónomos, muy castigados por la crisis y las restricciones de actividad. De ese dinero a Asturias le correspondían 107 millones –inyectados directamente por Madrid– más otros 25 millones que aporta de su propio Presupuesto el Ejecutivo regional. Eran 132 millones en total. Se hizo así en previsión de que fueran miles los negocios que estuvieran interesados en las ayudas. Ahora, la mayor parte de ese dinero quedará sin dueño.

CEAT, la asociación de autónomos que depende la patronal asturiana FADE, asegura que “los requisitos exigidos han convertido a esta convocatoria en una carrera de obstáculos”. Una de las condiciones para poder acceder a las subvenciones –que pueden oscilar entre los 3.000 y los 200.000 euros– suponía que los negocios candidatos no hubieran tenido pérdidas en 2019, lo que ya eliminó a muchísimos candidatos. Así lo señala CEAT. “Al vetar a las pymes y autónomos que hayan tenido pérdidas en 2019 se han dejado fuera a innumerables negocios que, independiente de esas pérdidas, eran completamente viables. En otros países de nuestro entorno, solo los negocios abocados al cierre y con graves problemas estructurales de viabilidad quedan excluidos de estas ayudas”, señala la patronal.

Más trabas. Las ayudas solo beneficiaban a aquellos que hubieran tenido que endeudarse para poder pagar a los proveedores y acreedores. No se tenía en cuenta a aquellos que habían tenido que tirar de sus propios recursos para poder financiarse. Más aún. La cuantía de las ayudas variaba en función de los empleados que el negocio tenga a su cargo. “Ese cálculo –asegura CEAT– ha perjudicado a sectores como el de la hostelería, cuyo funcionamiento ha estado condicionado por los cierres y limitaciones impuestos por la pandemia”. Y añade: “Tampoco en la cantidad habilitada para el plan (los citados 7.000 millones) resistimos una comparación con países como Alemania, que ha destinado 50.000 millones; Italia, 25.000 millones, o Francia, que puso 18.000”.

Esta asociación, de la mano de la nacional CEOE, está preparando una petición que hará llegar al Gobierno para que modifique las condiciones de estas subvenciones que tantas trabas han supuesto para los autónomos. “Confiamos en que eso permita diseñar un nuevo plan que de verdad solucione los problemas de los autónomos y pequeños empresarios y que se corrijan los déficits actuales”, aseguran desde CEAT.

Otro de los problemas de las ayudas lo apunta Almudena Cueto, responsable de la asociación UPTA en Asturias, asociación ligada a UGT: “Son subvenciones que salieron muy tarde y luego los plazos que se dieron para solicitarlas fueron muy cortos”. Para solucionar el agujero que no han conseguido tapar estas ayudas, esta agrupación asegura que mantiene conversaciones con responsables del Ministerio de Economía para intentar que una parte de los fondos de recuperación y solvencia que comenzará a repartir en breve la Unión Europea se destinen a pagar deudas que los autónomos tengan con Hacienda y con la Seguridad Social. Según los portavoces de la asociación, esa negociación “empieza a dar sus frutos”.

También cabe destacar que el Principado tiene sus propias líneas de ayudas para echar una mano a los trabajadores por cuenta propia, programas que sí que están funcionando bien y cuyas convocatorias se están agotando a los pocos días de abrirse debido a la gran demanda.

Las ayudas


El plan. En marzo el Gobierno nacional anunció un programa de ayudas, dotado con 7.000 millones de euros. El objetivo era rescatar a los negocios que hubieran sufrido las consecuencias del impacto de la crisis económica derivada de la pandemia. 

El desarrollo. Aunque se trata de un plan de ámbito nacional, el Gobierno dio cierto margen a las autonomías para gestionar el reparto e incidir en los sectores más afectados en cada territorio.  

En Asturias. El Gobierno asturiano aprobó el plan de las ayudas hace unas semanas dotado con 107 millones que aporta el Estado, más 25 que pone el Principado de su propio Presupuesto, con el objetivo de llegar a 25.000 negocios.

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