Duro Felguera tiene contratos preadjudicados por un valor de 400 millones que el grupo confía en que se puedan ir cerrando a largo de este año, según consta en el informe de gestión consolidado que el grupo comunicó al regulador del mercado. De confirmarse estos posibles pedidos como encargos en firme, la contratación protagonizaría una importante escalada de casi el 130% respecto a 2021.
El año pasado, la ingeniería, aunque no dispuso de avales bancarios hasta el tramo final del año, contrató por valor de 175,1 millones, una cifra escasa aunque el 123% superior a la de 2020, el año de la pandemia y del derrumbe del mercado. El objetivo del plan estratégico es llegar a los 700 millones anuales en 2026, de manera que el grupo empiece a aproximarse a los 1.000 millones que llegó a contratar en sus mejores ejercicios, previos a la crisis financiera de 2008. Los 400 millones preadjudicados supondrían, de materializarse, una cifra superior a la actual cartera de pedidos de la compañía, de 335,6 millones.
La compañía también prevé impulsar la facturación anual, que el año pasado se limitó a 85 millones, en parte por las vicisitudes el ejercicio –aún marcado por el covid–, y también por la demora en completar el rescate por la SEPI y el cierre del acuerdo con la banca.
El alza de la luz, una oportunidad: “Acelerará la inversión contra la dependencia energética”
El impulso a la contratación, la reactivación de proyectos que se vieron paralizados por diversas vicisitudes y reducir la litigiosidad mediante acuerdos con clientes son algunos de los frentes en los que trabaja la sociedad. Ya se han alcanzado acuerdos favorables en algunos contenciosos. Uno de ellos fue el entendimiento con el tecnólogo estadounidense General Electric para dar por superado el arbitraje sobre el proyecto CVO (Argentina) y lo mismo ha ocurrido con Stoneway Capital Corporation y Araucaria Energy por los proyectos de Luján y Matheu, también en el mismo país hispanoamericano.
En el caso de General Electric, la negociación ha dado lugar a un acuerdo marco de colaboración, y lo mismo ha hecho Duro con la ingeniería española Técnicas Reunidas. Según consta en el informe de gestión consolidado, la ingeniería asturiana está manteniendo conversaciones en el mismo sentido con su competidor gijonés TSK, que es accionista de Duro, de la que posee el 3,12%. En 2018, en uno de los ejercicios más críticos para Duro Felguera de los últimos años, ambas sociedades ya firmaron una alianza de colaboración que luego tuvo poco recorrido. Recientemente, TSK llegó a un acuerdo similar con Técnicas Reunidas. Duro señala en el informe que estos acuerdos pueden permitir la colaboración por la “complementaridad” de estas ingenierías en “determinados aspectos de negocio” así como favorecer la generación de “mayor actividad”.
La compañía que dirige Jaime Argüelles llegó también recientemente a un acuerdo con varios clientes para retomar el proyecto de energía de 1.500 megavatios en Djelfa (Argelia), que ya está reactivado, y mantiene negociaciones, con expectativas favorables, para reanudar próximamente el proyecto de Iernut (Rumanía), de 430 megavatios, mientras que está negociando con el mismo fin en otra gran obra en Dubai, de 500 megavatios.
Duro, que tiene una decidida apuesta en diversificar su negocio hacia las nuevas posibilidades de las energías renovables, el hidrógeno y el almacenamiento energético, así como la digitalización, considera que los cuantiosos fondos europeos de recuperación y los elevados precios de la energía constituyen una oportunidad en la medida en que la carestía del gas y la electricidad puede obligar a “acelerar determinadas inversiones para paliar la dependencia energética”. La energía eólica marina, con un proyecto de fabricación de estructuras de cimentación que Duro pretende instalar en El Musel, es uno de los objetivos del grupo. Para ello, se pretende ampliar el espacio y equipos de El Tallerón, de Gijón, y no se descartan acuerdos de colaboración con otras empresas.