La presión fiscal bajó en la OCDE en 2022 por la lucha contra la inflación

La reducción de impuestos llevada a cabo por muchos gobiernos para atenuar el impacto de la crisis energética e inflacionaria en empresas y ciudadanos supuso niveles impositivos en 2022 más bajos en muchos países avanzados, entre ellos España, según informó ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico​ (OCDE).

La presión fiscal (relación entre ingresos tributarios y PIB) cayó de media en el conjunto de los países de la organización en 0,15 puntos porcentuales, hasta situarse en el 34,0%. Es la tercera vez que se produce un descenso en el conjunto de los países desarrollados desde la crisis financiera de 2008.

En el caso de España, la rebaja fue de 3 décimas, el doble que el promedio del club. Pese a ello, y a que la presión fiscal cayó hasta el 37,5% del PIB desde el 37,8% de 2021, se mantiene 3,5 puntos por encima de la media. Pero esto es debido al peso de los países asiáticos, americanos y alguno del este europeo (antiguos regímenes comunistas), caracterizados por tributaciones inferiores a las habituales en Europa y también menores prestaciones.

España se mantiene, según la OCDE, y en coincidencia con lo que apuntó la oficina estadística europea (Eurostat) en noviembre, con la menor presión fiscal de los grandes países europeos. Según Eurostat, España, cuarta mayor economía del área, es el 15.º país de los 27 por la recaudación de impuestos respecto al PIB nacional, y el 14.º de entre los países desarrollados, según la OCDE.

En España se suele atribuir esta baja posición relativa a la economía sumergida, lo que explicaría un elevado esfuerzo fiscal de quienes declaran impuestos pese a una recaudación menor. Pero, tanto según Eurostat como de acuerdo con los datos difundidos ayer por la OCDE, España recauda sensiblemente menos que Grecia e Italia pese a que a estas dos economías del sur de Europa también se les atribuyen niveles de elusión tributaria similares a la española.

España llevaba tiempo aumentando la presión fiscal y el actual Gobierno se propone retomar esa tendencia para acercarse al promedio de la UE (46,3%) y de la eurozona (46,9%).

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