Ghulam Sakhi, el policía afgano que mató a tiros a dos guardias civiles y a su intérprete, español de origen iraní, el pasado miércoles en la antigua base española de Qala-i-Naw, fue detenido hace un año porque la inteligencia afgana sospechaba que tenía vínculos con la insurgencia, según informó ayer el diario «El País». Sin embargo, el policía logró reunir suficientes informes favorables a su trabajo, que desempeñaba desde hacía tres años, y fue puesto en libertad.