Madrid / Barcelona, Agencias

El ex presidente del Gobierno Felipe González dio ayer su apoyo a Alfredo Pérez Rubalcaba para dirigir el PSOE, aunque reconoció que quiere «mucho» a Carme Chacón, dejando claro que los socialistas no están «hablando de afectos» cuando afrontan su congreso federal del próximo fin de semana.

Al encuentro «intergeneracional» de respaldo a la candidatura de Rubalcaba a la secretaría general del PSOE asistieron también, entre otros, el lendakari, Patxi López, y el consejero del Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares. Junto a ellos, los ex ministros Ramón Jáuregui, Trinidad Jiménez, Antonio Camacho y Jesús Caldera, así como la esposa del candidato, Pilar Goya.

González se presentó ante el auditorio congregado en el invernadero del barrio de Arganzuela como representante de los jóvenes, porque cuando va a cumplir 70 años, aseguró, él mantiene la «rebeldía» y sigue siendo inconformista. «Estoy aquí para decir lo que pienso. Creo en lo que digo y hago lo que creo. Y por esto estoy aquí», manifestó. Y pidió que no se interpreten sus «silencios», sino sólo sus palabras.

A cambio, González lanzó varios mensajes en clave interna, porque dijo a los socialistas que la única reforma estatutaria que debería acometer el PSOE es la aprobación de un artículo que prohíba hablar de sus problemas internos en sus agrupaciones, salvo una vez al año.

«Y el resto, obligatorio hablar de los problemas de la gente», remachó, entre los aplausos de los militantes. Así, abogó por un partido que «dé respuestas» cuando ha sufrido una derrota electoral con la que se mostró «solidario».

A Rubalcaba le recordó el compromiso que adquirió con él cuando decidió concurrir a las últimas generales, cuando le dijo: «Creo en ti, antes, durante y después de la campaña, pase lo que pase».

En su discurso, el aspirante a la secretaría general se identificó con el ex presidente, de quien dijo que «se pringa» y hace de «telonero» suyo porque, al igual que él, es una persona comprometida con su partido y sus ideales.

Rubalcaba aprovechó su intervención para agradecer la implicación de González ahora y durante la campaña electoral y también para hacerle un recordatorio: «Me debes una», le espetó, después de narrar que hace unas semanas se sometió en la casa del ex presidente «a un tercer grado».

Rubalcaba agregó que él y González y algunas otras personas eran conscientes de «cómo estaban las cosas» cuando se presentó a las elecciones del 20-N y sabían que «iba a perder». «Pero eso no importa; a veces se juega a ganar y a veces se pierde, pero hay que estar ahí, con tu proyecto y con tus ideas, e intentar perder lo menos posible para volver a ganar cuanto antes», subrayó.

Por la tarde, el aspirante afirmó en Barcelona, antes de hablar con los delegados del PSC, que allí se siente como cuando el Real Madrid fue la semana pasada a jugar con el Barça, «y parecía que el resultado no era favorable, y luego se fue con un empate». Todo ello en referencia al apoyo que el PSC ya ha adelantado que dará a Carme Chacón, que fue recibida con una ovación más cálida que la ofrecida al ex ministro.