Elecciones 23J

Vox busca desactivar el voto útil del PP para forzar la entrada en un Gobierno de Feijóo

Tras las coaliciones autonómicas en Comunidad Valenciana y Extremadura, el 23J servirá para deshojar la margarita completa

Abascal busca mantener los escaños suficientes como para forzar la coalición nacional si se cumplen los pronósticos de las encuestas

El líder de Vox, Santiago Abascal, en un acto preelectoral.

El líder de Vox, Santiago Abascal, en un acto preelectoral. / EP

Paloma Esteban

Las elecciones generales se presentan como un punto de inflexión para Vox. Si las autonómicas y municipales de mayo fueron decisivas para el partido de Santiago Abascal, que medía si sería necesario para los gobiernos del PP o caía en la irrelevancia, ganando con claridad la primera tesis, este 23 de julio servirá para deshojar la margarita completa. El partido ultra se lanza a la campaña con el objetivo de desactivar el mensaje de voto útil del PP y tratar de mantener un resultado que le garantice la entrada en el Consejo de Ministros.

Todas las encuestas con la excepción del CIS dan como escenario más probable una suma suficiente de los partidos de la derecha. El PP de Alberto Núñez Feijóo ganará, pero dependerá de Vox. El líder conservador ya ha fijado un listón público: si necesita la abstención de los ultra, evitará a toda costa tener ministros del partido de Abascal. Si, en cambio, si le hace falta su voto afirmativo, asume que los tendrá.

Sin embargo, Vox no cede, como ha demostrado en la Región de Murcia (donde, salvo sorpresa, la investidura de Fernando López Miras fracasará definitivamente el lunes). El principio electoral por el que se rige Abascal es el de que “no regala sus votos” con independencia de si el PP necesita síes o abstenciones. Su baremo es otro: la fuerza que otorgan las urnas. Y en Murcia, donde consiguió el 18% del voto, entiende que le corresponde entrar en el Gobierno autonómico.

No es asunto menor porque el ejemplo murciano actuará de guía a nivel nacional. Fuentes de la dirección nacional confirman que Vox va “a por todas”, convencidos de que la oportunidad de firmar la primera coalición nacional de derechas no puede ser desaprovechada.

Las mismas fuentes reconocen que la campaña “no será fácil” y que la principal complicación pasa por contrarrestar la campaña de voto útil que ha lanzado el PP. En Vox detectan el hartazgo de los electores de la derecha, aunque no sólo de ese espectro político, contra Pedro Sánchez. Y asumen que en este momento hay una amplia mayoría de ciudadanos que apostará por “el cambio”. Pero también hay dirigentes que alertan de que está calando la idea de que Feijóo aglutina esa capacidad de cambio.

En el PP, de hecho, apuntan a que los discursos duros de Vox en asuntos de tanto consenso social como la violencia de género o los derechos LGTBI; o las excentricidades mostradas por algunos de sus dirigentes como los nuevos presidentes de los Parlamentos de Baleares o Aragón, “han restado apoyo” a los ultra. Entienden que es posible captar a votantes de Vox que rechazan esas extravagancias. 

Ser tercera fuerza

En la dirección nacional de Abascal, sin embargo, confían en su suelo de votantes y, sobre todo, en la capacidad demostrada hasta ahora por el líder nacional, protagonista de todas las campañas y principal activo electoral. 

Para resistir con un número de escaños suficientes, Vox necesita ser la tercera fuerza. Ya lo fue el pasado 28M y ahora se disputa esta plaza con Sumar. Los ultra dan por hecho que lograrán su objetivo porque en provincias de la España interior o en las que predomina el voto del campo se ven más fuertes que la plataforma de Sumar. Y en esas circunscripciones solo entran tres partidos cuando no lo hacen solo PP y PSOE.

Que Abascal abra la campaña en El Ejido (Almería) está milimetrado: fue una de las provincias en las que en noviembre de 2019 superó al PP en votos, quedándose a muy poco de ser primera fuerza. También explotarán su gobierno autonómico en Castilla y León, el único por ahora en marcha, y las negociaciones autonómicas en las que consiguieron doblegar al PP entrando en los ejecutivos de Comunidad Valenciana y Extremadura.

Precisamente en esos territorios Vox exhibirá que "la utilidad del voto al PP no es tal", explican dirigentes, porque finalmente los resultados del 28M permitieron su incursión en dos autonomías más y cientos de ayuntamientos. "Sin Vox, el PP no cumplirá sus promesas", anticipan como gran lema de campaña los ultra.