El deseo del director de orquesta francés Georges Pretre, de 85 años, de enviar al mundo una «declaración de amor» con el Concierto de Año Nuevo se cumplió ayer con creces en un recital cargado de referencias románticas y de celebraciones a la vida.

Con 30.000 flores traídas desde San Remo (noroeste de Italia), la Sala Dorada del Musikverein vienés acogió la tradicional bienvenida al nuevo año que la Filarmónica de Viena ofrece cada 1 de enero.

Pretre, viejo conocido de la orquesta vienesa y que ya en 2008 tomó la batuta en el recital de Año Nuevo, afrontó con un excelente humor y mayor entusiasmo su anunciado objetivo de que «durante dos horas todos olviden sus problemas».

El concierto del próximo año ya tiene nombre para tomar la batuta. Será el austriaco Franz Welser-Möst, de 49 años, director de la Orquesta de Cleveland. Dirigió a la Filarmónica en 1998.