R. VALLE

-«Paz, ¿te gustaría ser Alcaldesa como la abuela?

-«Nooooo, se trabaja mucho».

Paz Fernández Felgueroso se troncha de risa al recordar como su nieta Paz (la cuarta generación de mujeres con este nombre en la familia y la primera de sus cuatro nietos) rechazaba con esta contundencia la posibilidad de seguir sus pasos. Claro que quien no se consuela es por que no quiere y su segunda nieta, Juana, ya había sentenciado antes: «Yo sólo tengo una abuela y no está mucho pero como es Alcaldesa la veo en la tele». Los pequeños gemelos Miguel y Ana todavía no están para anécdotas.

Paz, Juana, Miguel y Ana son los retoños de Paz, la única de los cuatro hijos del matrimonio entre el fallecido Daniel Palacio y Paz Fernández Felgueroso que parece estar por la labor de perpetuar la saga. Paz trabaja en el Idepa, Ana en Cruz Roja y Daniela y Eduardo acabaron por vincularse a la farmacia familiar. Ninguno vive ya en casa. «Yo vivo sola pero los tengo a todos de mediopensionistas, incluido el perro de Daniela», bromea la alcaldesa y candidata del PSOE a repetir cargo. Eso supone que tiene que tener la nevera tan cargada como antes porque «aunque yo no voy a comer a casa nunca, ellos quedan y comen allí».

Fernández Felgueroso sale de casa a las siete y cuarto de la mañana -«tras haber desayunado fuerte», matiza- y no vuelve antes de las diez de la noche, como muy temprano. Unos días come cerca del Ayuntamiento y otros no come. Así son las cosas. Si la jornada es de las buenas se duerme sobre las doce tras haber escuchado un rato la radio en la cama. «Aguanto hasta la sintonía de "El Larguero" y me duermo», explica. La radio es una de las pocas diversiones diarias de una Alcaldesa a la que la falta de tiempo ha mermado las posibilidades de disfrutar de otros ocios como pasear y el cine. Cocinar, otra de las actividades de las que disfruta, queda para los fines de semana. Ese tiempo que procura destinarse a ella y a los suyos y del que intenta disfrutar en la casa de Quintes «que es de mis hijos porque es una herencia de Daniel». Paz Fernández Felgueroso maneja un sueldo bruto de 67.000 euros al año y es propietaria de su vivienda habitual y de su antiguo despacho de abogada en la calle Celestino Junquera. También de un Opel Astra comprado en 1993, pero que utiliza su hijo Eduardo. La historia del coche tiene su miga. «Lo compré yo pero mandé a Daniel que pasara un día a pagarlo. Llegó allí y no sabia decir ni qué coche era, ni qué modelo, ni nada. Sólo que traía el dinero para pagar el coche de su mujer. "Inaudito", dijo el vendedor. E inaudito le quedó de nombre al coche», rememora.

Una de las cosas que más le gustan a Paz Fernández Felgueroso es viajar. «A Francia me gusta mucho ir y también me gusta viajar en grupo, como con Las Comadres», explica. Pero ni viajando deja de ser Alcaldesa. «Todo el mundo hace fotos de grupos y yo de cosas que me llaman la atención. En casa tengo dos carpetas de fotos con el título «otras ciudades», explica. De Francia, por ejemplo, le gusta la zona de La Rochelle. «Donde el acuario», concreta como ejemplo de esas cosas que fotografía con el afán de traerlas a Gijón.

Lo de viajar no es nuevo. Paz Felgueroso, que nació de manera accidental en septiembre de 1937 en San Sebastián, «aunque a los quince días ya estaba en Gijón», era un bebé cuando pasó un año de vida en la Cuba de su padre. A mediados de los cincuenta volvió a pasar otro año con sus tías en La Habana por orden de su madre. Antes de irse, Paz Fernández Felgueroso pensaba en estudiar Medicina. A su regreso, motivado por la enfermedad que acabó con la vida de su madre, se decidió por ser dama enfermera de la Cruz Roja de donde pasó a estudiar Trabajo Social y de allí a dar el salto a la Facultad de Derecho. Era una estudiante con responsabilidades de madre y mucho empeño. «Estaba embarazadísima y el profesor de Hacienda me dijo que era una pena que fuera a perder la matrícula de honor por no poder presentarme al examen. Yo le contesté: el domingo cambia la luna, yo doy a luz y estoy aquí el jueves para el examen. Así fue», explica esta mujer que antes de Alcaldesa, cargo en el que lleva desde julio de 1999, fue delegada del Gobierno en Telefónica, secretaria de Comunicaciones del Ministerio de Industria, presidenta de Caja Postal, consejera de Industria del Principado, secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios y suma y sigue.

A todos esos puestos de responsabilidad accedió con el apoyo de su esposo, un clásico de la vida gijonesa durante varias décadas. «No puedes luchar para que las mujeres tengan responsabilidades y luego decir que no quieres ir a Madrid», recuerda Paz que le dijo Daniel cuando la llamaron por primera vez para ocupar un cargo en la capital. A Madrid se fue ella y en Gijón se quedó él al cargo de la familia. «Y mis hijos encantados, porque Daniel era muy blando con ellos y yo era la dura», asume. Para Paz Fernández Felgueroso aquella fue una etapa muy bonita «igual que está de la Alcaldía, aunque me hubiera gustado que la viera Daniel. Cuando se empezó a rumorear que yo podía ser la candidata a la Alcaldía me dijo «no me harás esa puñeta, no voy a poder ir a las tertulias». Felgueroso llegó a la Alcaldía en representación del PSOE sin hacerle la puñeta a Daniel. Dejó esa ausencia a su mujer y sus cuatro hijos «que sienten una gran admiración por su padre... más que por su madre. Ha sido para ellos un referente. Quisimos trasmitirles los valores necesarios para que fueran buena gente y tuvieran preocupaciones sociales».

La Alcaldesa asegura que «he tenido una vida muy rica en experiencias y he sido muy feliz». Una sentencia que no adelanta una jubilación porque, advierte a quienes le reprochan sus 69 años, «tengo varias tías centenarias».