L. NOSTI

Gustavo Bueno Sánchez no puede pasar por alto las ventajas que internet ha llevado a la disciplina filosófica, doctrina que él imparte en las aulas de la Universidad de Oviedo. La entrada en escena de las nuevas tecnologías ha hecho posible un acceso fácil y rápido a toda la documentación y textos variados que antes resultaba difícil encontrar. «Se ha acabado la disculpa de que había poca bibliografía. Sin salirnos de los textos originales, ahora están a disposición de todos», explica. Una ventaja que, en el caso de la filosofía, ve incrementados sus beneficios al trabajar, fundamentalmente, con obras clásicas que no sufren modificaciones.

Esta realidad pronto hará, a su juicio, que los libros tradicionales vayan siendo absorbidos cada vez más rápido por la red de redes, hasta terminar desapareciendo de las aulas «porque se van a poder consultar por internet». Pero aún va más allá. Considera que la educación presencial a escala universitaria «está muy tocada del ala. Los grandes edificios que tiene la Universidad de Oviedo y las aulas cada vez están más vacíos, y cada vez se van a quedar más vacíos. La propia Universidad está asesinándose a sí misma con la teleenseñanza y la educación virtual. Cada vez va a hacer menos falta ir a clase de forma presencial», sentencia. Un aspecto que, por otra parte, no le preocupa en absoluto, aunque admite que todo esto «obligará a una reconversión absoluta de la estructura actual. Lo que no tiene sentido es que haya clases con diez alumnos cuando puede haber quinientos por internet».