"Nuestro modelo es de cultura participativa", aunando personas del ámbito académico, de la fuerza laboral y del activismo político. Esa es una de las señas de identidad de la Sociedad Cultural Gijonesa destacadas ayer por su presidente, Pedro Roldán, tras recibir la Medalla de Plata de Gijón.

Roldán recordó que esta asociación hunde sus raíces en la tradición de ateneos obreros y que surgió, como había expuesto el encargado de glosar sus méritos, como un bastión de lucha contra el franquismo en plena dictadura. "La singladura de la Sociedad Cultural Gijonesa empezó hace medio siglo, en una sociedad que anhelaba recuperar las libertades", como una idea que surgió "en el entorno del Partido Comunista de España", explicó su presidente, Pedro Roldán, quien resaltó que la primera junta directiva estuvo presidida por una mujer, María Teresa Fernández.

Pedro Roldán también tuvo un recuerdo especial para quien fuera presidente de la asociación, el fallecido Juan Ángel Rubio Ballesteros, quien da nombre a un premio concedido por la sociedad a la defensa de valores ciudadanos y de los derechos humanos.

Con 50 años de historia, la Cultural Gijonesa, formó parte de la lucha contra el franquismo en Gijón y en sus primeros tiempos tuvo que hacer frente al hostigamiento del régimen, con controles e inspecciones. Tras la llegada de la democracia, ahora da cabida a valores ecologistas, republicanos, feministas y de solidaridad con otros pueblos. "La Cultural Gijonesa desearía seguir aportando un espacio crítico hacia el futuro", señaló Roldán tras recibir la distinción de manos del portavoz de Xixón sí Puede, Mario Suárez del Fueyo.