El vecino de Nuevo Roces que encontró el cuerpo sin vida de un bebé en un contenedor de la calle Jenaro Suárez Prendes mientras rebuscada en la basura, como todas las madrugadas, no daba crédito a lo que encontró. “Pensé que era un muñeco al principio hasta que vi la sangre y todo lo demás”, relata Paulino Otero, al que todos sus vecinos llaman Pablo y le definen como “una persona tímida y tranquila”.

El hombre, que había salido de madrugada de su casa ,ubicada en las viviendas sociales de Nuevo Roces, comenzo su ronda habitual por contenedores hasta que de pronto se encontró al bebé en una mochila. “Lo de menos es quién lo encontró, es algo que todas las personas con un poco de conciencia hubiese hecho, nadie miraría por otro lado”, relató esta tarde en la puerta de su domicilio, donde prefirió quedarse en el anonimato.

Los servicios sanitarios, movilizados en una ambulancia con personal médico desde el centro de salud de El Llano, nada pudieron hacer por la vida del recién nacido, que estaba ya muerto. Los investigadores al frente del caso, agentes de las brigadas Judicial y Científica, tratarán de esclarecer "cuanto antes" lo ocurrido. Por lo pronto, están en contacto con el hombre que encontró los restos del bebé -llamó por teléfono y esperó a la llegada de los agentes- y además se llevaron a la Comisaría de El Natahoyo el contenedor de basura a fin de que los miembros de la Científica pudieran examinarlo en profundidad por si hubiese huellas o cualquier indicio que facilitase la investigación policial. En ello están. Por su parte, la empresa municipal Emulsa, que retira la basura del barrio entre las seis y siete de la mañana de lunes a sábado, repuso ayer por la mañana el contenedor de residuos no reciclables.

Además de los policías, también se desplazaron el forense y resto del equipo judicial para el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto de Medicina Legal de Oviedo con el objetivo de determinar las causas del fallecimiento y si ya estaba muerto cuando lo depositaron dentro del contenedor de basura. Al menos, vivo estaba al nacer. Una u otra opción marcarán el devenir de la investigación judicial a la que deberá enfrentarse la madre del bebé una vez localizada.

Los agentes también han preguntado en los hospitales por posibles partos recientes y están pendientes de si la parturienta acude tarde o temprano a un centro sanitario para ser atendida. Otra de las líneas de investigación es la revisión de imágenes de la zona cercana, pero Nuevo Roces apenas cuenta con establecimientos en el entorno en el que apareció el cuerpo. Tampoco hay cámaras de tráfico que ayuden en las pesquisas. "Es un barrio muy tranquilo", señalaba una vecina de la calle, sorprendida por la trágica noticia.

Un espacio de tiempo acotado

Las imágenes que están estudiando ahora los policías provienen de una tienda de maquinaria para jardinería. Este local, que hace esquina, tiene dos cámaras de seguridad apuntando a la calle, una a Jenaro Suárez Prendes y la otra a la avenida de Roces. No obstante, ninguna de ellas apunta directamente al contenedor en el que apareció el bebé, pero al menos sí a la zona aledaña. Los agentes, que no descartan nada -ni siquiera que los autores sean de fuera de Gijón-, se pusieron en contacto con la empresa de seguridad, que les entregó las imágenes comprendidas en un tramo horario muy concreto, de seis de la tarde del jueves a dos de mañana del viernes. En ese lapso de tiempo -en el que muchos vecinos se acercaron a dejar la basura- es cuando alguien arrojó el cuerpo al contenedor de basura y huyó de la zona.