Mantener el uso habitual del anillo navegable del Piles resulta “incompatible” con la recuperación medioambiental del río porque el estancamiento de las aguas en este tramo del cauce hace proliferar sustancias tóxicas para la salud humana y animal. Así lo aseguran los informes técnicos encargados por el Ayuntamiento y dados a conocer ayer por el concejal de Medio Ambiente, Aurelio Martín, que rehusó valorarlos. Del primero, elaborado por la Universidad de Oviedo, ya se habían adelantado a finales del año pasado sus primeros resultados preliminares, en los que se indicaba la presencia de cianobacterias y otras sustancias nocivas en el anillo. Ayer, sus autores destacaron que tanto este tramo navegable como las lagunas del parque Isabel la Católica presentan índices “preocupantes” de sustancias nocivas que pueden originar “importantes problemas medioambientales y de salud”, por lo que proponen “evitar el estancamiento” del agua. El segundo informe, encargado a la Politécnica de Madrid sin que el gobierno local lo hubiese anunciado previamente, es más tajante y propone una ambiciosa reforma que suprima el tramo navegable, rechazando las alternativas planteadas por el Grupo Covadonga.

Los investigadores de la Universidad de Oviedo que forman los equipos de los profesores José Manuel Costa, Felipe Lombó y Francisco Ferrero centraron su estudio en la calidad del agua del río Piles. La Politécnica de Madrid, en la posibilidad de renaturalizar tanto el Piles como el Peñafrancia. Ambos llegan a conclusiones similares: el estancamiento del agua en el anillo navegable y las lagunas de Isabel la Católica hacen proliferar sustancias nocivas. Pero sus recomendaciones sobre cómo solventar el problema difieren. El informe asturiano aboga por “asegurar la máxima renovación de agua”, una solución que el Grupo Covadonga entiende que permite mantener el tramo navegable. Pero el informe de Madrid pide suprimirlo y rechaza expresamente la alternativa del club para la recuperación.

En concreto, tal y como aclaró Ferrero, la Universidad de Oviedo analizó 210 muestras de agua extraídas de siete puntos diferentes del Piles, empezando por un tramo del cauce en el barrio de Viesques y acabando en su desembocadura en el Cantábrico. Los registros “preocupantes”, ahondó Costa, se centraron, sobre todo, en las muestras del anillo navegable y las de las lagunas del parque, con presencia constatable de cianobacterias y otras microalgas –hablaban ayer los autores de que en altas cantidades estos componentes se vinculan a la muerte de animales y a cáncer de hígado, cuadros de convulsiones y dermatitis severas en humanos–, pero de forma irregular.

En el caso del anillo, la presencia de cianobacterias supuso el 19% del total de bacterias en una única muestra extraída en octubre, siendo el porcentaje en el resto de análisis siempre inferior al 5% e inexistente durante parte del año estudiado. En la laguna del parque, las cianobacterias suponían hasta el 60% de las bacterias en el agua en ese mismo mes, y presentaba niveles también altos en septiembre, pero no antes. Los autores recordaron que sus análisis, entre mayo y octubre de 2020, se hicieron cuando las compuertas del anillo no estaban operativas, por lo que los resultados “hubiesen sido peores” si el tramo navegable funcionase.

Deportes en la desembocadura

El estudio de la Politécnica de Madrid pilló por sorpresa tanto al Grupo Covadonga como a la oposición. Hasta ahora, el debate se centraba en si la presencia de estas cianobacterias y otras sustancias nocivas suponían un riesgo real para la salud, y la partes implicadas ya habían podido revisar los resultados preliminares del informe ovetense, dados a conocer en octubre. El informe madrileño, sin embargo, dictamina que mantener un tramo navegable en el Piles es “incompatible” con la recuperación del río. Así lo aclaró uno de sus firmantes, Diego García de Jalón, –coordinador del estudio junto a Marta González–, que recomienda al Ayuntamiento eliminar los azudes y “reconstruir la confluencia natural” del Piles y el Peñafrancia eliminando los muros de hormigón y cualquier otra barrera artificial y permeable que complique el crecimiento natural de flora marina. Explicó, de hecho, que sería “más interesante” utilizar como zona navegable el estuario, y que este último año de “descanso” con las compuertas del anillo bajadas ya han dado lugar a los primeros “signos de recuperación” del río. “El anillo no es compatible, tal y como lo conocemos. Recuperar la naturalidad del río, a largo plazo, resultará económicamente más barato. Tiene un gran potencial, aunque el estuario nunca podrá renaturalizarse al completo”, zanjó.

En definitiva, la Universidad de Oviedo avala en sus 180 páginas de investigación la presencia de cianobacterias y otras sustancias nocivas en el cauce del Piles. Su conclusión principal es que favorecer el paso natural del agua ayudaría a que los niveles de PH, fósforo y temperatura –que favorecen que surjan nutrientes para que estas microalgas nocivas se reproduzcan– no alcancen los niveles “preocupantes” detectados tras el verano.

La Politécnica de Madrid, por su parte, da un paso más y presenta una propuesta más ambiciosa que aboga por cerrar el anillo y derribar canales, azudes y otras barreras que estrechan y acotan el recorrido natural de un río “demasiado artificial”. El edil Aurelio Martín, que ayer se limitó a presentar a los investigadores y rechazó “emitir ninguna opinión” sobre ellos, se reunirá hoy con el Grupo Covadonga para estudiar ambos documentos.