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De Calderón de la barca a la avenida del Molinón: Un modelo de ciudad verde y sin charcos

La reforma de la calle del barrio de El Coto, con una red separativa de aguas de lluvia, potencia la idea de “ecomanzanas” y drenajes sostenibles

La avenida del Molinón. Pablo Solares

Gijón aspira a crear poco a poco una red de zonas verdes que reduzcan el riesgo de inundaciones por toda la ciudad y ahorre el despilfarro de agua potable para labores de riego. La recién iniciada obra en la calle Calderón de la Barca, un vial que copaba las quejas de los vecinos de El Coto por el mal estado de sus aceras, incluirá a mayores, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, un sistema de recogida de aguas de lluvia por partida doble. Por un lado, parte de la arboleda se plantará mediante el llamado “método de Estocolmo”, que almacena agua pluvial sin encharcar su superficie. Por otro, el vial entero será reformado para incluir bajo suelo unas tuberías destinadas también a recoger aguas pluviales con vistas de que, en el futuro, puedan enviarse a un depósito que la Empresa Municipal de Aguas (EMA) estudia construir en la zona Este de la ciudad. Este proyecto, junto al recién terminado en la avenida del Molinón, es el más ambicioso de los realizados hasta ahora en este ámbito, pero en Gijón se han ido implantado otros mecanismos de recogida de agua similares que marcan ya una línea de trabajo a seguir.

El proyecto de reforma de Calderón de la Barca recoge expresamente que la red de saneamiento será “íntegramente renovada” para ejecutar una obra de “urbanización sostenible” que permita reutilizar los recursos naturales con una nueva red de aguas pluviales separativa de la red de aguas fecales que, en casi todo el resto de la ciudad, está unificada. Esta nueva red no tendrá realmente un uso útil de momento, porque el agua recogida será devuelta al conector único, pero se instala ya porque la previsión de la EMA es habilitar más calles de la zona Este con este sistema y unirlas después a un depósito de aguas de lluvia y aguas depuradas de El Pisón. Se baraja, tal y como informó ayer este diario, el entorno del parque de Cocheras y los aparcamientos de El Molinón como posibles ubicaciones.

Carril bici de Los Pericones. | Ángel González

Según anunció la alcaldesa Ana González el pasado septiembre, la calle Brasil de la zona Oeste también tendrá una red separativa de aguas, si bien la EMA, según fuentes municipales, no tiene aún un proyecto definido ni plantea, de momento, edificar ningún depósito en el entorno de La Calzada. “La idea, en cualquier caso, es hacer más permeable esa zona para ayudar a evitar inundaciones”, concretan desde el Ayuntamiento.

Estas dos actuaciones se suman a la ya remodelada avenida del Molinón, que es a juicio del Consistorio “la gran infraestructura de regeneración urbana” de la ciudad. “Se intervinieron unos 12.000 metros cuadrados para convertir un vial con dos líneas de aparcamiento en un área peatonal de zonas verdes que se integra en Isabel la Católica”, concretan desde Obras Públicas, que añaden: “Esta zona tiene un sistema de drenaje sostenible, con tuberías que recogen el agua pluvial y la aprovechan para repartirla por la vegetación del entorno. Evita la incorporación el medio natural, al Piles, de hasta el 90 por ciento del agua de lluvia que cae en la zona. Así se ahorrará el costo energético de no tener que depurar esas aguas y, de paso, se gasta menos agua de riego, que se sirve de agua potable”.

Estos dos proyectos de la avenida del Molinón y Calderón de la Barca tienen, sin embargo, dos viejos hermanos pequeños. Está, por un lado, el parque fluvial de Viesques, que se diseñó expresamente para permitir que esta zona se inunde en caso de sobrecarga en el Piles y evita, por tanto, posibles inundaciones en el caso urbano. “Y el propio parque tiene un jardín de lluvia, con capas de tierra de diferente granulado que hacen más permeable el terreno y retiene parte del agua durante las tormentas, evitando también inundaciones sorpresivas”, detallan desde el Consistorio.

Calle Calderón de la Barca. | Juan Plaza

El otro proyecto que sigue esta misma idea está en Los Pericones, y también lleva más de una década implantado. El parque tiene dos depósitos soterrados que almacenan agua de lluvia, evitando inundaciones en la zona. Esos depósitos se vacían después por un sistema de bombeo y se reutiliza su agua para hacer labores de riego en el mismo parque. El “método Estocolmo” que se implantará en Calderón de la Barca, además, tiene ya un referente en el mismo barrio: la plazoleta que linda con la sede de la asociación vecinal ya tiene este sistema incorporado en su arboleda, y estos métodos de drenaje sostenible figuran también en el modelo de “ecomanzanas” con el que el Ayuntamiento local aspira a fondos europeos. Se espera, además, que proyectos pendientes como el futuro vial de la Feria de Muestras incorpore también alguno de estos sistemas: “La idea es ir modificando las partes de la ciudad que son todavía puro asfalto, duras e impermeables, y apostar por un modelo de espacios públicos y zonas verdes más sostenibles. También es lo que demanda la ciudadanía”.

Foro teme que la falta de aparcamiento en El Coto se supla con más zonas ORA

Las alrededor de veinte plazas de aparcamiento que tendrá que perderse por la reforma de Calderón de la Barca, junto a las que tendrá que suprimirse por el carril bus de Pablo Iglesias, hacen temer al grupo municipal de Foro un incremento en las plazas ORA en el barrio de El Coto que podrían incluirse en el futuro nuevo plan de Movilidad. “Además, es muy probable que se aproveche para introducir zonas naranjas que recientemente han sido reguladas. Hará que los vecinos del Coto deberán pagar 45€ para aparcar en dichas zonas residenciales”, lamenta el edil Pelayo Barcia, que asegura que el barrio recibirá también más presión de “vehículos expulsados de La Arena y de Los Campos por no tener pegatina de la DGT, que no podrán aparcar en zona regulada a partir de abril”. 

“Está ampliación”, augura Barcia, “valdrá para resarcir a la empresa concesionaria de la ORA que estima que perderá 460.000€euros al año por la prohibición de aparcamiento de vehículos sin pegatina”. La operación que se teme el grupo forista tiene a juicio de Barcia “beneficiados y perjudicados”, ya que los residentes que abonen esos 45 euros tendrán más espacio para aparcar, pero la medida “perjudicaría a los que visiten el barrio y a los diferentes servicios y actividades que se prestan en él”. “También, muchos vehículos que no puedan pagar se acabarán desplazando hacia El Bibio y hacia Viesques, moviendo un problema de un barrio a otro”, prevé el edil de la formación azul, que recuerda que El Coto ya tiene pocas plazas de aparcamiento.

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