La dirección del colegio gijonés San Vicente de Paúl hizo pública ayer una circular en la que afirma sentir “una profunda desolación y tristeza” tras el derrumbe que se produjo en la víspera de Reyes y en el que perdieron la vida dos personas –Andrés y David Velasco– que trabajaban en el inmueble. El lunes empezarán las clases online, pero afirman desde el centro, el objetivo ahora es “la vuelta a la presencialidad” lo antes posible. Por eso, piden apoyo a la Consejería de Educación y al Ayuntamiento de Gijón. También lo hará la Asociación de Madres y Padres (AMPA), que preside Javier Rodríguez. El colectivo avisa ya de que serán “beligerantes” en su objetivo: la total presencialidad. También que mantendrán reuniones con “las autoridades competentes” y que han iniciado contactos con otros centros en busca de ayuda.
La respuesta de la Consejería de Educación, por el momento, es templada. Apunta que esperará a conocer “el estado en el que se encuentra el inmueble”. Si hay que tomar decisiones, añadieron, lo harán “coordinados con el centro y con el Ayuntamiento de Gijón”. Mantendrán un encuentro con la dirección la próxima semana. La vuelta a la presencialidad en el edificio del colegio San Vicente de Paúl, con el informe que ya ha hecho público el Ayuntamiento en la mano, será cuanto menos complicada. Buscar el realojo de los estudiantes no es asunto menor. El San Vicente de Paúl cuenta actualmente con 680 alumnos matriculados, repartidos en 27 aulas: seis en Educación Infantil, doce en Educación Primaria y nueve en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). “Nuestra vocación y nuestro rumbo es la entrega sin reservas a la labor docente en favor de nuestro alumnado, que es a quien nos debemos y por quien cobra sentido nuestra profesión”, apunta la dirección en la circular.
Un escrito en el que los responsables del centro afirman que “en el momento en que supimos que había dos personas atrapadas, hicimos votos por el mejor de los desenlaces”. En este punto agradecen, y dan ánimos, a todos aquellos que participaron en la intervención. La dirección ha acompañado a los familiares de los dos obreros fallecidos, tanto en el tanatorio como en el funeral por su eterno descanso.
Ni se apartaron del dolor, ni dejaron de trabajar. “Estos días hemos trabajado sin descanso y sin horarios con el fin de liderar de un comienzo de año y de segundo trimestre que resulte lo mejor posible para toda la comunidad educativa, especialmente, para familias y alumnos”. Y añaden: “Como madres y padres trabajadores que también somos, no perdemos de vista la dificultad –sacrificio, en muchos casos– de conciliar la actividad profesional de las familias con las clases online de los niños”. Por ello, agradecen la comprensión en esta vuelta a clase telemática que –insisten– será “provisional”.
La dirección ha especificado cómo será esta vuelta a clase, que comenzará el lunes a primera hora con una sesión de tutoría online a través de la plataforma Meet. Cada clase estará con su tutor, “para atender el estado emocional de su alumnado y para explicarles la organización online”. En Educación Infantil y Primaria, los tutores se pondrán en contacto a través de la plataforma del colegio con las familias y darán las indicaciones para seguir el curso. En Educación Secundaria Obligatoria (ESO), se mantiene horario habitual y todas las clases serán por videoconferencia –también en Meet–. “Entendemos que las medidas son provisionales, pues nuestro objetivo es reanudar, con la mayor brevedad posible, la enseñanza presencial y segura en todas las etapas”, ha señalado la dirección. Esto es: “Desde aquí aprovechamos para agradecer tanto a las autoridades locales, autonómicas y educativas su presencia y cercanía en los duros momentos del miércoles”. “Ahora, es momento de seguir colaborando con todas las instituciones”. Y dejaron claro que “los niños necesitan verse, y también a sus docentes, para su correcta educación”.
Rotundo, el presidente de la AMPA: “La educación telemática nos vale para una semana, quince días, pero no para todo el curso. Hay alumnos, especialmente los más vulnerables, que pueden ver resentida su educación”. Sobre posibles opciones, además de haberse puesto en contacto con otros centros para buscar apoyo, también ha dejado claro que “hay espacios municipales en desuso que podrían ser un recurso para nosotros”. “Habría que mirarlo, ya que los estudiantes podrían dividirse por ciclos, aunque lo ideal es que todos estén en la misma sede”, dice. Avisa ya: “Este no es un tema de concertada o pública, este es un problema de unos alumnos para los que hay que buscar solución”.
