El plan de control de jabalíes se saldó el pasado año con 201 ejemplares abatidos por arqueros en la zona rural. El proyecto, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, se prolongará a lo largo de este año para paliar los destrozos que los suidos provocan en fincas de, sobre todo, las parroquias del este del concejo, y que traen de cabeza a sus ganaderos. El concejal de Distrito Rural, José Ramón Tuero, compartió ayer este balance desde uno de los puestos para sacrificar a estos animales, en Deva, donde se lanzó también un dato preocupante: se calcula que una cuarta parte de los jabalíes que merodean por la zona están enfermos. “Hemos analizado 64 muestras de sangre y y de ellas salieron 17 casos de toxoplasmosis, 11 de circovirus de tipo 2 y dos casos de tuberculosis. Es llamativo”, explicó Emilio Álvarez, del club de arqueros de Villaviciosa, entidad que se encarga altruistamente desde el año pasado de abatir a estos ejemplares.

Tuero y Álvarez, junto a Toño Migoya, de Caja Rural de Gijón –que costea los cebos de maíz para atraer a los animales–, visitaron ayer unos de los puestos de caza habilitados. Hay, según este último, 50 puntos de control de los que se mantienen operativos actualmente 15. El sistema desplegado se sirve de tres estructuras: un cebadero que suelta maíz, una escalera para acceder a un árbol cercano desde el que poder disparar y una cámara de vigilancia que informa al club de Villaviciosa sobre la presencia de suidos en la zona. “La mayoría de las veces son los propios ganaderos los que nos avisan de jabalíes por la zona y nos ceden el uso de sus fincas, pero también hemos instalado carteles para avisar a los usuarios de las zonas videovigiladas”, razonó Álvarez. Migoya, por su parte, anunció que este año su entidad costeará también las tarjetas móviles de las cámaras para poder ampliar los puntos de observación, que hoy en día se despliegan por toda la zona Este y por Serín y Cenero. Tuero, que cifra en 62 los accidentes de tráfico registrados por toparse con suidos salvajes, explicó que abatirlos con flechas es la opción “menos dañina” para el animal, que muere en cuestión de segundos. El siguiente objetivo, completó Tuero, será donar parte de la carne de jabalí, que se despiezará en Pola de Laviana, y donarla a entidades sociales de la ciudad.

Pablo Piñera, ganadero de Cabueñes, visitó ayer la zona con los dos citados y aseguró que el gremio se siente “satisfecho” con el plan. “Los daños en las fincas eran inasumibles y es imposible cerrar todas las fincas”, alejó. Esto es justo lo que ha intentado hacer Pablo Meana, del merendero La Curuxa, que ha cercado parte de su local. “Los jabalíes venían hasta la terraza, con la gente. No eran agresivos, pero desarman el prao”, señaló. El plan de control se renovará por otro año en marzo.