El taxista gijonés Alfonso Carrió García tardará en olvidar la Nochebuena de 2019. Ese día, a eso de las siete y media, recibió el aviso de recoger a unas personas en Jove. Allí se subieron tres personas y le dijeron que les llevase a Lugo de Llanera, a casa del abuelo de uno de ellos. Por el camino decidieron ir a Villabona, donde vivía el abuelo de otro. "Por el camino iban muy callados", rememora. Pasado Villabona le dijeron que parase. "Me golpearon en la cabeza con algo desde detrás. Luego me pusieron una navaja en el cuello y me pincharon varias veces", relató. Luego le robaron la cartera, en la que llevaba 100 euros, y se llevaron el coche, que terminó estrellándose contra otro vehículo en Los Campos (Corvera). Alfonso no lo sabía en ese momento, pero acababa de ser víctima de dos cabecillas de la banda del Seat León, acompañados de un menor de 17 años. El menor y la mujer, Tamara J. H., terminaron cayendo pocos días después, en una operación de la Guardia Civil contra la banda del Seat, y ya han sido juzgados. Faltaba el tercer autor del robo por pasar por el banquillo, el que esgrimió la navaja, le golpeó, le robó el coche y lo estrelló, que este viernes se sentaba en el banquillo del Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo, acusado de varios delitos por los que le piden siete años y medio de cárcel.

Carrió no olvidará aquella fecha por una razón muy simple. "Me jodieron la vida. El coche quedó siniestro total. Yo tenía dos créditos en ese momento, uno el del taxi, y no pude obtener otro para comprarme otro coche. Tuve que vender la licencia y cambiar de profesión, después de 18 años durante los que no había tenido ningún problema. Ahora tengo un bar en León. No he visto ni un duro ni lo veré, porque son insolventes. Cuando quise comprarme otro coche no me lo querían asegurar, porque figuraba que había tenido un accidente y mi seguro había pagado 30.000 euros a otro conductor", explicó este viernes. Carrió solo se acuerda del menor que iba sentado a su lado cuando ocurrieron los hechos. Con 17 años, fue ingresado en el centro de menores de Sograndio. Cuando declaró ante la jueza en fase de instrucción, no tenía constancia de que Tamara (la cabecilla, según la jueza del caso) fuese detrás en el taxi. En la vista de este viernes, simplemente explicó cómo fueron los hechos.

El acusado, con numerosos antecedentes y el "culo pelao", no admitió ningún cargo, aunque los guardias civiles que testificaron le señalaron como autor de los hechos. El juicio quedó suspendido hasta próxima fecha porque no se presentó a declarar como testigo el menor que participó en los hechos.