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El niño muerto al caerle una escultura en Gijón estaba jugando con su hermano y su tía

La madre salió a la puerta de la vivienda, en Mareo, a pedir ayuda y una enfermera que paseaba por la zona trató sin éxito de salvarle la vida al menor, de 8 años

Vista desde la carretera Carbonera de la casa donde tuvo lugar el accidente, una vivienda en alquiler en Mareo. | Ángel González

Tragedia en Gijón. E. M. S., un niño de ocho años falleció ayer en su vivienda de Mareo, en la parroquia gijonesa de Leorio, después de que le cayera encima una estatua de piedra, de unos 20 kilos y un metro de altura. El pequeño se encontraba jugando en el jardín de la casa con su hermano de diez años y su tía de nueve cuando la escultura se le vino encima. En el lugar había varios familiares, entre ellos su madre, que salió a la calle a pedir ayuda desesperadamente. Una enfermera que se encontraba por la zona y varios efectivos sanitarios que llegaron después trataron de reanimarle sin éxito. Tenía un fortísimo golpe en la cabeza que le provocó un grave traumatismo craneoencefálico. “Estamos rotos, en shock”, aseguró María Silva, la madre del pequeño, rota por el dolor.

Gráfico

La llamada de emergencia se produjo a las 17.55 horas. La dio un testigo que vio como una mujer salía a la calle a pedir ayuda. Era la madre. La vivienda en la que tuvo lugar el trágico accidente se encuentra en la AS-376, la carretera general de Mareo. Está a escasos metros del camino de la Cuesta Gil, muy popular en la zona porque es el que da acceso a las instalaciones del Grupo Covadonga en Leorio. Según fuentes cercanas al caso, fue primero una enfermera la que atendió al pequeño, a la puerta de la vivienda. Le practicó maniobras de primeros auxilios cuando en estado muy grave. En ese momento, se generó un gran revuelo en la zona.

“Estaba jugando en el jardín y le traje para acá”, señaló María Silva, en referencia a que llevó a su hijo hasta la puerta de la vivienda, una vez ocurrió el accidente. En la casa, además de esta mujer y el resto de los pequeños, había otros familiares. “La estatua era grande. No sé muy bien dónde le dio”, explicó un tío del pequeño fallecido, mientras trataba de que el resto de los niños no salieran a la calle. En la zona se personó primero una UVI Móvil y varios efectivos médicos. Trataron de salvarle la vida al pequeño, pero no pudieron hacer nada. Según fuentes cercanas al caso tenía lesiones por todo el cuerpo. La más importante, en la cabeza. El traumatismo craneoencefálico que sufrió, explican estas fuentes, hizo que fuera imposible salvarle.

Tiempo después del accidente llegó a la casa Carla González, la pareja de la madre de E. M. S. “Estaba la madre cortando el césped. Estaba el hermano mayor, su tía y el niño pequeño. El niño quiso jugar con su tía, quiso tirarle un poco de hierba, se apoyó en la estatua y se le cayó encima”, detalló. “Vengo de Galicia, su madre es mi pareja y vine en cuanto pude. Al llegar y ver el panorama, me quedé en shock. No sé ni como he llegado”, añadió. Esta mujer explicó que la familia es de origen gallego. La madre del niño, María Silva, nació en Pontevedra. El pequeño es natural de Burela. Llevaban ya un tiempo en Gijón, a donde se mudaron por cuestiones de trabajo. Viven en régimen de alquiler en la residencia donde ocurrió el accidente.

“Pedimos al dueño de la casa que quitara las estatuas, pero dijo que no, que las mantuviéramos”, prosiguió esta mujer. “Estaban jugando. Sucedió una desgracia. Quizás esta estatua estaba más floja que las otras. Esta estaba subida en un pedestal. La estatua es grande y el niño era pequeño y delgado. Estamos rotos”, alcanzó a decir segundos antes de volver a meterse dentro de la casa. Con el paso de los minutos siguieron llegando familiares. Desde fuera, se podían escuchar los llantos desgarradores de muchos de ellos. Se llegaron a parar hasta tres coches de allegados, que se mantuvieron en la zona hasta pasadas las diez de la noche.

La actual pareja de la madre del menor accediendo a la vivienda en la tarde de ayer. | Ángel González

El suceso provocó una gran consternación en el barrio de Mareo, donde rápidamente corrió la noticia como la pólvora. Frente a la vivienda, además de los sanitarios, se personaron varios coches de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, al encontrarse la zona en los límites de las jurisdicciones de ambos cuerpos, según apuntó un vecino del lugar. Además de la UVI Móvil, que llegó para atender al pequeño, llegó otra ambulancia, en este caso para atender a la madre, completamente destrozada por el dolor.

El rugby, de luto

El suceso ha teñido de luto al rugby gijonés, en concreto, al Club Rugby La Calzada, donde el pequeño jugaba en el equipo mixto sub–10. Compartía vestuario con su tía y con su madre, que ejerce las labores de delegada. “Gracias por tu vida y por tu sonrisa”, fue el mensaje que mandó la entidad deportiva a la familia del pequeño. Los dirigentes del club expresaron su malestar por lo sucedido. Lo hizo, en concreto, David Corujo, el presidente del equipo. “Estamos muy fastidiados. Estamos tratando de ayudar a la familia en todo. Nos ha pillado de sorpresa. Nadie se podía esperar nada así”, relató.

El mensaje de condolencia con la imagen del niño fallecido compartido por el Calzada Rugby, equipo en el que jugaba.

El mensaje de condolencia con la imagen del niño fallecido compartido por el Calzada Rugby, equipo en el que jugaba.

Corujo explicó que, dada su tierna edad, el pequeño se acababa de iniciar en el deporte del rugby. “Llevaba jugando este año, desde que empezó la temporada. La verdad es que estaba muy integrado en el equipo”, añadió el dirigente de esta entidad deportiva, que espera a ver cómo avanzan los próximos días para ver si organizan algún tipo de homenaje. Lo que sí se sabe ya es que hoy, a las 16.00 horas en La Toba, en Avilés, se celebra una concentración de rugby entre varios equipos de diferentes edades. Se realizará un minuto de silencio en memoria del niño. “Era un chico al que le gustaba muchísimo el deporte. Estaba muy involucrado en todo. Siempre tenía una sonrisa en la cara”, concretó David Corujo. “En estas categorías lo que se espera es que hagan deporte y que se lo pasen bien. Lo que ha pasado es una verdadera pena porque era un crío muy querido por todos. Por todos los entrenadores, monitores y compañeros”, finalizó el presidente del conjunto de la zona Oeste.

A los mensajes de condolencias de este equipo se sumaron otras entidades del mismo deporte de todas partes de Asturias y algunas también de España, como fue el caso del Salamanca Rugby Club, entre otros. También hubo clubes de otros deportes que quisieron expresar su dolor por la pérdida, entre ellos, el Gijón Industrial, de fútbol, ya que ambos clubes comparten las instalaciones de El Frontón, en el barrio de La Calzada.

Llanto en el colegio Lloréu, donde el pequeño era alumno de tercero de Primaria

La tragedia también llegó al colegio público Lloréu, en el barrio gijonés de El Natahoyo, donde el pequeño cursaba tercero de Primaria. Fuentes cercanas al centro explicaron que la noticia se conoció a media tarde y que la consternación cundió entre la comunidad educativa de este centro. Los calificativos se agotaban a la hora de expresar un mazazo tan duro. No obstante las clases no se suspendieron. El lunes los profesores tratarán de explicar a los estudiantes lo sucedido. En el resto de la parroquia de Leorio también corrió la noticia como la pólvora. Varios vecinos se mostraron muy sorprendidos por la desgracia sucedida en esa vivienda de la carretera Carbonera. Al medianoche, a la hora del cierre de esta edición, la familia aún no había decidido donde celebrará el funeral. Con toda probabilidad será hoy cuando comuniquen dónde dar el último adiós al pequeño. A la conmoción de la comunidad educativa se une también la deportiva. En los campos de La Toba, en Avilés, la Federación Asturiana de Rugby, a petición del Club La Calzada, guardará un minuto de silencio en una competición deportiva que se celebra esta tarde. En la misma entrarán en liza equipos seniors masculinos y femeninos, también habrá partidos de rugby siete y de equipos sub–18. Aquel chico “muy sonriente”, como todos quienes le conocieron lo describían, ya no estará allí, pero su recuerdo nunca se borrará de la memoria de sus compañeros.

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