El primer ajuste presupuestario aportará 7 millones para subvenciones y sueldos

La falta de cuentas obliga a usar el remanente para partidas ineludibles no incluidas en la prórroga y atender a las empresas municipales

Una vista de la Casa Consistorial. | Pablo Solares

Una vista de la Casa Consistorial. | Pablo Solares / R. Valle Firma Apellido,

Asumir el incremento de más de 4 millones en el capítulo de gastos de personal –exigidos por los acuerdos estatales para los empleados públicos– y los 2,7 millones en subvenciones a entidades con las que el Ayuntamiento tiene convenios nominativos y que no se han podido incorporar a la prórroga presupuestaria serán alguno de los primeros ajustes a las cuentas de 2023 que deberá acometer el gobierno de Ana González vía modificación presupuestaria, una vez que no se han aprobado unos nuevos presupuestos municipales.

Pero para hacer estas primeras sumas hay que esperar por el remanente líquido de tesorería que resulte de la liquidación del ejercicio pasado. Y eso no llega hasta finales de este mes. Si todo va bien, y hay acuerdo político para sacarlo adelante en el Pleno, esa modificación podría hacerse en marzo. Solo sería la primera de las muchas que se van a necesitar a lo largo del año. En mayo hay elecciones y en junio un nuevo gobierno. Así que este año todo van a ser complicaciones y retrasos para activar los dineros municipales. Un escenario que ya se ha vivido en otros años electorales con prórroga presupuestaria pero que, en esta ocasión, suma la complejidad de tener que asumir los compromisos económicos que conllevan los proyectos para los que se ha conseguido financiación europea a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Por evitar todo esto, y por mucho más, era por lo que la edil de Hacienda, la socialista Marina Pineda, pidió el apoyo del Pleno a un proyecto presupuestario para el Ayuntamiento de 269,4 millones, que se elevaba a cerca de 370 en el consolidado que vincula también las cuentas de los organismos autónomos y las empresas municipales. No pudo ser. PSOE e IU se quedaron solos en la votación plenaria del pasado viernes sobre su propuesta económica frente al rechazo de Ciudadanos, Foro, Podemos-Equo, PP, Vox y el concejal no adscrito. Así que sin presupuesto nuevo el Ayuntamiento tiene que empezar a hacer sus sumas a partir de los 220,2 millones del presupuesto prorrogado.

Eso supone, por poner algunos ejemplos, que hay 62,3 millones para gastos de personal cuando el proyecto que impulsaba el PSOE elevaba ese capítulo a 70,2 millones, 40 en gastos corrientes frente a los 52,2 presupuestados en el fallido diseño presupuestario y 94,1 en transferencias corrientes frente a los 96,4 millones que tenía la opción del presupuesto.

Ajustar las transferencias del Ayuntamiento a los organismos autónomos y las empresas municipales para adecuarlas a los ingresos que en sus direcciones fijaron como necesarios al diseñar cada uno de sus presupuesto también tiene que tener cabida en ese primer paquete de sumas a cuenta del remanente líquido. Ajustes de las transferencias ordinarias porque sobre la mesa ya está el anuncio de otras transferencias extraordinarias que no se van a poder demorar mucho. Por ejemplo los cerca de 800.000 euros que es la parte que le toca cofinanciar al Ayuntamiento de esta última rebaja del billete del autobús que ha dejado en 38 céntimos el trayecto en las líneas de Emtusa si se paga con tarjeta. Emulsa tampoco lo tiene fácil el año en el que le toca apechugar con una subida del 10% en las tarifas de Cogersa y el nuevo impuesto sobre residuos. Ya ronda la idea de una aportación extraordinaria de unos dos millones de euros para que el servicio pueda seguir con normalidad.

Y luego está la necesidad de afrontar con esos mismos remanentes los incrementos en la factura energética del Ayuntamiento o las revisiones al alza que se están teniendo que hacer en los contratos y obras por la repercusión de la inflación. Suma y sigue.

Está el problema de las partidas que se han quedado cortas y hay que ampliar. Pero también está el tema de los plazos con retrasos garantizados. Marina Pineda, edil de Hacienda, ejemplificó en el Pleno ese problema a través del nuevo convenio de colaboración con la Universidad de Oviedo. Ya consensuado pero que ha quedado fuera de la prórroga. Un convenio con una dotación de 549.000 euros que, además, sumaba este año una partida de inversiones de 375.000 euros para obras en el campus a cambio de la cesión de la Universidad al Ayuntamiento de una parcela imprescindible para empezar la ampliación del Parque Científico y Tecnológico. Así que de rebote la falta de un convenio afecta a uno de los grandes proyectos de futuro de la ciudad. También anunciaba la edil de Hacienda en la sesión plenaria que los retrasos afectarían a convocatorias tan sensibles para las familias como las de becas comedor o material escolar, que deben salir antes de que empiece el curso.

La prórroga presupuestaria también afecta a las inversiones, y no de forma menor. De hecho las partidas inversoras quedan casi a cero en el documento de prórroga frente a los cerca de 27 millones que se activaban de manera directa en el presupuesto nuevo. Aquí la solución viene por la vía de un préstamo para inversiones de 20 millones de euros. Así que dinero habrá el problema es cuando. Sobre todo en lo que tiene que ver con los proyectos con financiación europeo que tienen la exigencia de cumplir con una serie de hitos en un cronograma estricto. A través del Plan de Recuperación el Ayuntamiento recibirá de Europa cerca de 8 millones de euros pero también tiene que poner de sus arcas otros cinco, entre gasto de inversión y gasto corriente.

Gestionar las partidas de gasto se complica pero también hay problemas con las de ingresos. Otro elemento que siempre ha destacado Marina Pineda al recordarle a la oposición que la prórroga obligará a dejar en un cajón los mayores ingresos previstos por el incremento de las transferencias del Estado o del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). Del fondo complementario estatal se esperaba recibir 3,6 millones más y en el ICIO se habían presupuestado 9 millones de euros, 1,3 millones más que en 2022.

Aunque para Pineda y el actual equipo de gobierno de PSOE e IU el gran problema de los ingresos en el Ayuntamiento de Gijón es la suma de años de congelación de impuestos, tasas y precios públicos que no permiten recaudar todo lo que se necesita para sufragar todos los servicios que da el Ayuntamiento. Aunque ese debate ya se tuvo a finales de año en la votación de ordenanzas fiscales. Y el gobierno lo perdió, como el viernes la votación del presupuesto.

Gijón en prórroga

1. Gastos de personal. Partida en la prórroga: 62. 208.688 euros Partida en el presupuesto tumbado:_70.257.300 euros.

2. Gastos corrientes en bienes y servicios. Partida en la prórroga: 40.085.580 euros. Partida en el presupuesto tumbado:_52.254.588 euros.

3. Gastos financieros. Partida en la prórroga: 1.825.200 euros. Partida en el presupuesto tumbado:_1.825.200 euros,

4. Transferencias corrientes: Partida en la prórroga: 94.144.000 euros. Partida en el presupuesto tumbado:_96.412.500 euros

5. Fondo de contingencia: Partida en la prórroga: 500.000 euros. Partida en el presupuesto tumbado:_300.000 euros.

6. Inversiones reales: Partida en la prórroga: 113.100 euros Partida en el presupuesto tumbado:_ 15.333.408 euros.

7. Transferencias de capital: Partida en la prórroga: 20.300 euros. Partida en el presupuesto tumbado:_ 8.856.577 euros.

8. Activos financieros: Partida en la prórroga: 650.000 euros. Partida en el presupuesto tumbado: 3.092.900 euros.

9. Pasivos financieros: Partida en la prórroga: 20.621.086 euros. Partida en el presupuesto tumbado: 21.022.200 euros

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