La nueva casa de los retornados

El colectivo AEERA inaugura sede en la avenida del Llano: "Desde pedir una pensión a traducir una carta, ayudamos en casi todo"

Por la izquierda, Secundino  Vega, Ángela Allende, Marina Ruiz, Fani  García y Juan Carlos Rodríguez. | Á. González

Por la izquierda, Secundino Vega, Ángela Allende, Marina Ruiz, Fani García y Juan Carlos Rodríguez. | Á. González / Sergio García

Sergio García

"Damos un servicio que no dan en otros sitios", afirma Marina Ruiz, presidenta de la Asociación Española de Emigrantes Retornados de Asturias (AEERA). Antes de liderar la directiva de la entidad, en la que lleva casi 13 años, ejerció como voluntaria e integró el departamento de Francés de una agrupación que cuenta con alrededor de 2.000 socios activos. Si existe una palabra que defina la acción del colectivo es "orientación" a aquellos que vuelven a la región procedentes del extranjero. "Ayudamos en temas variopintos. Desde solicitar una pensión de viudedad, de vejez, complementos a mínimos, traducir cartas, etcétera", explica la presidenta, que apunta que la media de edad de los integrantes es de más de 65 años. La entidad inaugura nueva sede en la avenida del Llano el viernes, para mejorar sus servicios.

La AEERA asesora a emigrantes que regresan, principalmente, de Europa y América Latina. Lo hace en múltiples trámites. "Hay gente que retorna y necesita ayuda para saber cómo estar en regla con la Seguridad Social, con Hacienda o qué hacer con un carnet de conducir si es extranjero", cuenta Marina Ruiz, que señala que en ocasiones estas personas "se sienten desamparadas". Al mando del departamento de Alemán está Ángela Allende, encargada de dar soporte en toda la documentación escrita en tal idioma. "La agenda está llena todo el día, tenemos socios online de otras comunidades", sostiene Allende, que ensalza la importancia de la entidad por facilitar a los retornados "conocer las obligaciones" a su regreso.

La nueva casa de los retornados

Ruiz atiende a Benilde Vara. / Sergio García

"Suele venir gente mayor que trabajó en países extranjeros", confirma Secundino Vega, miembro de la junta directiva de un colectivo nacido en el año 2000. Vega apunta que la pandemia "influyó" en la actividad de la asociación, dado que la edad general de los afiliados es alta. El número de socios ha disminuido respecto a anteriores etapas, pero la esencia de asesorar a quien lo necesita se mantiene. "No todo el mundo se defiende en los conocimientos del idioma o de los trámites con la administración", subraya Juan Carlos Rodríguez, también de la directiva. "Por 30 euros de cuota al año, arreglamos todo lo que se necesite", proclama Secundino Vega.

Fani García, recepcionista, es la primera persona que se encuentran los que acceden a la sede de AEERA. "Hago de filtro", bromea García, que insiste en el valor asistencial que ofrecen. "Hay información que a veces no tienes a mano y son gestiones que nadie te dice cómo solventar", señala. Para muestra, el caso de Jorge Suárez. "Hablar con Marina fue como ver la luz", asegura. Su madre, que había trabajado durante cinco años en Francia, empezó a tener problemas en el ingreso de la pensión, por lo que Suárez tocó a diferentes puertas... sin éxito. Entre ellas, la Seguridad Social, la embajada o el consulado. "Menos mal que dimos con AEERA", indica.

Por su parte, Rosa María García es socia de la entidad desde que regresó a Asturias en 2016, fruto de la recomendación de otro retornado. "Mi marido y yo estábamos viviendo en Ginebra y cuando volvimos nos apuntamos", comenta. El apoyo le viene de perlas. Por ejemplo, en la cuestión de los impuestos. "Nos ayudan a mandar papeleo porque en ocasiones estás perdida", justifica García. Para María Alegría Fernández, haberse topado con la asociación fue "una salvación", como ratifica su hija Ana Coello sobre una asociación de retornados que ejerce un papel indispensable en Gijón y en Asturias, el de orientar a los emigrantes que regresan a casa.

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