Entrevista | Santiago Martín González Ingeniero, participa en una charla sobre la pirólisis

"Con la planta de pirólisis se usa una sopa de términos para no informar claro"

"La instalación de El Musel recibirá 290.000 toneladas de plástico al año, que equivale a que cada gijonés reciba cien botellas de agua al día"

Santiago Martín González, ayer, en la senda fluvial en Viesques.

Santiago Martín González, ayer, en la senda fluvial en Viesques. / MARCOS LEON

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Santiago Martín González (Gijón, 1969) es ingeniero industrial y doctorado en Tecnologías del Medio Ambiente, además de profesor universitario en el campus de Gijón. Forma parte de la asociación de vecinos de Viesques y es uno de los ponentes de la charla del próximo martes a las 12.00 horas en la Escuela Politécnica de Ingeniería sobre la planta de pirólisis de residuos plásticos de El Musel, contra la que los vecinos recogen firmas y se han posicionado en contra el PSOE gijonés y Foro.

–¿Qué supone la planta de pirólisis de El Musel?

–No es una planta de reciclaje y con eso me refiero a la información del Ministerio de Transición Ecológica. La pirólisis es un tratamiento térmico, una incineración. Se emplea para producir carbón vegetal o de coque. Cogersa hace un tiempo se planteó tecnología pirolítica para residuos biológicos de hospitales. La incineración está ligada a la pirólisis porque nadie quema directamente un residuo. Primero se calienta sin oxígeno para romper las cadenas moleculares del residuo.

–¿Qué sucede en entonces?

–Se liberan gases, un líquido y un resto sólido, todos ellos combustibles. Según la terminología del Ministerio, el gas es un residuo con presencia de compuestos orgánico volátiles, el líquido es rico en alquitranes y el resto sólido concentra los metales pesados. Los gases, en presencia de cloro, pueden generar si se incineran dioxinas y furanos, que son cancerígenos.

–¿Puede concretar con el caso de Preco?

–Preco va a generar biosólidos, biolíquidos y gases de síntesis. No entendemos por qué se usa el término "bio". No hay nada biológico en este proceso.

–¿Se usan esos términos para suavizar?

–Pasar del término residuo sólido a biosólido no es suavizar, sino confundir la terminología. El Principado usa una terminología confusa con esta planta. Al sólido no lo llama residuo sólido, sino combustible sólido recuperado. Lo de recuperado puede sonar a reciclaje y lo de combustible suena muy bien, pero es algo que se va a quemar. El Ministerio avisa de que hay que tener mucho cuidado con quemar ese residuo sólido porque es ahí donde están los metales pesados. Para quemarlo y lograr una combustión de algo que no fragmenta al calentar se necesitan temperaturas mucho más elevadas. La página del Ministerio lo que cita como ejemplo de instalación donde quemar ese residuo es una cementera.

–Eso preocupa.

–Preco dice que va a producir un biosólido, pero lo que dice la legislación es que eso un residuo sólido rico en metales pesados que debería de ser incinerado en instalaciones como una cementera de altas temperaturas. Además, se genera un residuo líquido que el Principado llama "green nafta" (nafta verde). Preco llama a ese mismo material "biolíquido" y el Ministerio "líquido rico en alquitranes y nafta". Adjetivar como "verde" a ese residuo, que es rico en alquitranes y nafta, solo lleva a confundir a la ciudadanía.

–¿Se retuerce el lenguaje?

–Se usan términos que a los vecinos nos resultan como mínimo confusos. En cuanto al gas, el Principado niega que haya incineración. Pero Preco dice que ese gas va a ser usado como fuente térmica en el proceso. Por lo tanto, del plástico que entra a la planta al menos la proporción gaseosa resultado de la pirólisis se va a quemar. Va a haber una incineración del plástico. O, por lo menos, eso es lo que los vecinos entendemos.

–¿A qué se refiere?

–El mensaje que tiene que quedar claro es que nosotros no explicamos qué van a hacer. Planteamos preguntas sobre lo que van a hacer. Vemos que unas noticias salen unas informaciones que en otros lugares son diferentes. La terminología nos confunde. Hay una sopa de letras y términos para no informar claramente.

–¿Qué va a suponer esta planta para toda la ciudad?

–Por lo que sabemos se va a calentar una cantidad de plástico y se van a producir gases que entendemos que se van a incinerar. Esos gases, por lo que sabemos por la literatura científica, en la medida que los plásticos tienen multitud de aditivos, pueden contener compuestos cancerígenos en la combustión. La cantidad de plásticos que va a tener la planta es muy superior a la cantidad de plásticos que se producen en Asturias.

–¿Eso qué es lo que va a implicar para Gijón?

–La confusión es también de cantidades, porque no coinciden entre la producción de plástico en la región con lo que figura en las primeras noticias de hace dos años sobre la planta. Ni tampoco con lo que dijo el consejero de Industria en una interpelación parlamentaria hace tiempo. Centrándonos en lo que dijeron hace dos años, según está publicado en la página del Idepa, a Gijón se van a traer del orden anual de 290.000 toneladas de plástico. Esto equivale a que cada gijonés recibiría unas cien botellas de agua al día, que irán a una planta a ser quemadas. Al año, serían 37.000 botellas las que recibiría cada vecino.

–Profundice.

–Son unas cantidades demenciales. Cogersa recupera de los contenedores amarillos de toda Asturias 6.500 toneladas de plástico anuales. Por tanto, no estamos hablando de tratar el plástico que se genera en el Principado sino de otra cosa y no sabemos de qué. Que Gijón reciba una cantidad tan enorme de residuos plásticos cada año para un tratamiento del que los científicos tienen tantas dudas no es tranquilizador. Sobre todo, porque de las 290.000 toneladas que recibiremos cada año, 250.000 van a transformarse en el residuo sólido rico en metales pesados. Preco dice que su salida comercial es venderlo como combustible. El Principado también habla de combustible de segunda generación. Esas 250.000 toneladas son una barbaridad y van a estar en El Musel. ¿Qué va a hacer Preco con ese residuo sólido?

–¿El problema es grave?

–Doy otro ejemplo para explicar la magnitud. La producción de residuos sólidos urbanos en Asturias es del orden de 300.000 toneladas anuales. Bueno, pues a esa cantidad le vamos a sumar 250.000 de un residuo sólido resultante de la pirólisis de unos plásticos que van a llegar no se sabe de dónde a El Musel. Vamos a multiplicar por dos el problema de los residuos sólidos en Asturias. O por lo menos eso es lo que inferimos.

–Son varios los partidos que se han posicionado en contra.

–No quiero entrar a valorar cuestiones políticas. Nosotros representamos a los vecinos. Nos alegra que esta preocupación esté entrando en el debate político de la ciudad.

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