Edurne Portela | Escritora, presenta hoy su novela «Maddi y las fronteras»

"Una parte de la sociedad está más cómoda con la amnesia"

"Me inquieta que haya tanta gente que considera buenas las políticas de exclusión y de desmantelamiento de lo público"

Edurne Portela.

Edurne Portela. / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

«El pasado es presente y viceversa», se puede leer en el epílogo de una de las mejores novelas del año, «Maddi y las fronteras» (Galaxia Gutenberg). Su autora, Edurne Portela (Santurce, 1974), dialogará en la carpa Atalaya a partir de las 12.15 horas con la escritora asturiana Azahara Alonso («Gozo») sobre su obra.

María Josefa Sansberro, Maddi, fue una mujer extraordinaria: nacida en la localidad vasca de Oiartzun en 1895, fue agente de la Resistencia, regentó un hotel en la frontera pirenaica entre España y Francia, y fue deportada a los campos de concentración nazis de Dachau, Ravensbrück y Sachsenhausen. Allí murió en 1944.

La historia de Maddi irrumpió en su vida por sorpresa… ¿O llegó cuando más la necesitaba?

–Por sorpresa. Pero al escuchar su historia sentí la necesidad de contarla.

–¿Por qué decidió convertirla en novela?

–Resultó ser, para mí, la única forma honesta de tratar los vacíos del archivo histórico.

Muchas veces para ser coherentes debemos abrazar nuestras propias contradicciones

–¿Vidas como la de Maddi pueden darse hoy?

–No de la misma manera porque no estamos en su momento histórico. Pero pienso en mujeres en contexto de guerra, como Ucrania, y me imagino que entre ellas habrá alguna Maddi, que estará ayudando a los que más peligro corren.

–¿Las contradicciones de Maddi son compatibles con su coherencia vital?

–Por supuesto. Muchas veces para ser coherentes debemos abrazar nuestras propias contradicciones.

–¿Qué simboliza la figura silenciada de Maddi en una Historia como la española?

–Y la francesa, sobre todo la francesa, que es donde ella desarrolló su vida. Significa que las mujeres pocas veces entran en el archivo histórico y, cuando lo hacen, quedan allí sepultadas. Las mujeres como comparsa, no como agentes, eso es a lo que estamos acostumbradas.

Feminista

–¿Convertir en ficción una vida real le dio problemas técnicos, éticos…?

–Por supuesto. Si no me los hubiera dado no tendría ninguna conciencia. No se puede escribir una novela basada en una vida sin plantearte cuestiones éticas sobre representación, sobre el derecho de crear una voz de una persona que tuvo la propia... Técnicamente no tuve problemas, fue una delicia escribir esta novela.

–¿Maddi encajaría en el perfil de una feminista de hoy?

–Sí. Una feminista defensora de los derechos de las más vulnerables.

–¿El panorama político actual es inquietante?

–Pues sí. Me inquieta que haya tanta gente que considera buenas las políticas de exclusión, de desmantelamiento de lo público, de apoyo a las clases privilegiadas, de expolio medioambiental, que acepten la mentira como forma de comunicación política, que quieran votar a gente que usa la tribuna pública para escupir odio...

–La neutralidad es imposible cuando se abordan historias como la de Maddi?

–No creo en la neutralidad al contar ninguna historia.

Seguimos viendo a la mujer sin hijos como una anomalía; no lo es, no lo somos

–¿La sociedad, en general, prefiere la amnesia a la verdad?

–Una parte de la sociedad sí y esa parte es la que está más cómoda con la amnesia. El olvido a veces no es tal, es una política de desmemoria destinada a silenciar el pasado incómodo. Pero hay una parte de la sociedad que recuerda porque quiere, pero también porque sabe que debe.

–¿El concepto de maternidad está sobrevalorado? ¿Maddi no tenía lo que se suele llamar instinto maternal?

–Hablar de «instinto» ya me parece algo anacrónico, relativo al mandato «natural» que trata a las mujeres como seres reproductores. Las mujeres pueden querer o no querer ser madres. Y ya. Es así de simple, pero seguimos viendo a la mujer sin hijos como una anomalía. No lo es. No lo somos.

–¿La imaginación es un arma política en sí misma?

–Depende como se use.

–Ahora que casi hay más autores que lectores… ¿publicar es más que nunca un compromiso ético?

–Yo no me meto en para qué publican los demás, la verdad. Para mí lo es pero entiendo que no sea lo mismo para todos.

–Fugitiva de las redes sociales, ¿sabia decisión?

–Mucho. Feliz fuera de ellas.

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