Ingresa en prisión un condenado por violar a su hijastra casi una década en Gijón

El reo, al que impusieron 14 años de cárcel, recurrió el fallo y la sentencia no es firme, pero el tribunal aprecia riesgo de fuga

I. Peláez

I. Peláez

Un varón condenado a catorce años y tres meses de cárcel por violar a su hijastra (más otros seis meses de coacciones), menor de edad, durante casi una década, ha ingresado en los últimos días en prisión a pesar de que la sentencia todavía no es firme y está recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. La medida, que fue solicitada por la representación letrada de la víctima y también por el Ministerio Fiscal, la ha tomado el tribunal de la sección octava de la Audiencia al entender que existen "numerosos motivos para fundamentar la prisión provisional del acusado".

Entienden los magistrados, "a la vista de la gravedad del delito", que "es evidente que el mantenimiento de la situación de libertad podría poner en peligro el aquietamiento a la Administración de Justicia, al existir peligro de fuga", "máxime si se tiene presente que se trata de una persona natural de Colombia por lo que sus contactos con el exterior, es evidente que le resultan más fáciles". El auto de la sección octava llegó a principios de agosto, por lo que este individuo ingresó poco después en prisión.

El caso de autos se juzgó por este mismo tribunal el pasado mes de mayo. Los jueces consideraron probado que este individuo comenzó a abusar sexualmente de la hija de su entonces pareja sentimental cuando la niña tenía apenas cuatro años de edad, una edad que hacía imposible que se percatara de lo que en verdad estaba ocurriendo con el compañero sentimental de su madre, un varón latinoamericano que en el momento de los hechos tenía poco más de veinte años.

Las agresiones de este hombre, que contaba con antecedentes por delitos similares contra la libertad e indemnidad sexual, comenzaron con la realización de tocamientos a la niña, pero con el paso del tiempo estos episodios fueron incrementándose y aumentando en gravedad. Y se mantuvieron el tiempo hasta que la menor cumplió los 13 años. Fue entonces, casi una década después, que la víctima acabó denunciando.

El tribunal le impuso 14 años y tres meses de cárcel por el delito continuado de agresión sexual (además de quince años de alejamiento) y otros seis meses por el delito de coacciones. Ahora, la sentencia está recurrida y aún no es firme, pero este hombre esperará la decisión del TSJA desde prisión.

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