El bebé de dos meses que sufrió un paro cardiaco en Gijón, estable, pero aún en la UCI

La rápida intervención de los socorristas fue clave para salvarle

Los expertos abundan en la necesidad de aprender técnicas de RCP

El bebé de dos meses que sufrió una parada en el paseo de San Lorenzo en la tarde del pasado domingo continúa ingresado en la UCI Pediátrica del HUCA, donde se le realizaron distintas pruebas. El recién nacido sigue estable dentro de la gravedad. El bebé fue reanimado durante casi 45 minutos en La Escalerona, detrás del termómetro. Su padre, que también tuvo que ser atendido por un fuerte ataque de ansiedad, fue el que se percató de que algo no marchaba bien cuando se encontraba junto a otros familiares en una cafetería cercana. Salió corriendo con él brazos a pedir ayuda a los socorristas de San Lorenzo. Precisamente, la rapidísima intervención de los miembros del servicio de Vigilancia y Salvamento, junto a otras dos sanitarias que pasaban por la zona, ha sido una de las claves para que el pequeño siga con vida. Fueron los propios socorristas junto con estas dos mujeres sanitarias los primeros en practicar la reanimación hasta la llegada de los médicos.

Esta tesis, la de la rapidez a la ahora de intervenir con premura en estos casos, la sustentan también los expertos en primeros auxilios. Marta Nonide es la coordinadora de la UVI Móvil de Gijón. "Cada minuto que pasa sin sangre el cerebro se empieza a morir. Darse cuenta en el primer minuto desde que sucede una parada, si luego el corazón vuelve a arrancar, que es algo que depende de la patología, incrementa mucho las posibilidades de salir bien", apunta. Nonide explica los pasos a seguir si se está ante una situación de este tipo. "Lo fundamental es reconocer que la persona o el niño no respira. Entonces, hay que llamar al 112 para que llegue la ayuda sanitaria y empezar con técnicas de RCP", afirma. "Si alguien no sabe hacerlas, se lo enseñarán los médicos y enfermeros reguladores, que son a los que el 112 transfiere la llamada automáticamente", prosigue. "Les indicarán que empiecen a dar comprensiones torácicas en el centro del pecho, entre los dos pezones, sobre el esternón y a una velocidad de 100 y 120 comprensiones por minuto", añade. Nonide detalla que hay diferencias en función de la edad del paciente. "A los adultos hay que hacerlas con las dos manos, a los niños con una o con las dos, pero con menos fuerza, y a los bebés se les tiene que hacer solo con dos dedos", desgrana.

La sanitaria matiza, además, que hay que diferenciar entre los tipos de parada. "Si es cardiaca, que en adultos y en niños con cardiopatías conocidas es la mayoría, se hará hincapié en las comprensiones. Muchas veces en bebés y niños la parada es por causa respiratoria. Ante un bebé o niño que no se sepa si tiene problemas de corazón, si las personas saben hacer ventilaciones de rescate o quieren intentarlas, el coordinador les indicará que alternen 30 comprensiones y dos respiraciones", añade.

Hay más matices. "En adultos y niños se hace el boca a boca, pero en bebés hay que abarcar también su nariz", detalla. "Si no se sabe o no se atreven a ventilar el 112 dirá que sigan con las comprensiones. Con eso ya se consigue mover el corazón y dar más tiempo a los sanitarios a llegar", asegura. "Si se ha hecho RCP desde el primer momento, si cuando llegan los sanitarios son capaces de volver a poner en marcha el corazón, se triplican las posibilidades de que el paciente salga adelante con las menores secuelas posibles", finaliza.

Lo mismo cree Natalia Iglesias, experta en urgencias pediátricas. "Hay que conocer ante qué caso se está", afirma. Iglesias considera que casos como el de este bebé deberían hacer reflexionar sobre la necesidad que debería tener toda la población de aprender maniobras de primeros auxilios. "Este caso ejemplifica la necesidad y la importancia que tiene que toda la población sepa reconocer cuando un paciente está en parada y hacer RCP", detalla. "Hay que pedir ayuda inmediatamente y en los críos la ventilación es muy importante", abunda. "Está claro que ha sido una gran suerte que en este caso sucediera en un sitio donde estaban los socorristas, que saben muy bien cómo hacer estas técnicas", señala Iglesias, que también aplaude a las compañeras sanitarias.

"Si reanimar a un paciente ya es algo complicado, a un bebé es mucho peor y más si en un caso como este se encuentra el padre", analiza. "Hay que mantener la calma por lo menos aparentar que la mantienes", concreta. "Esto es un ejemplo de que hay que ponerse en serio con este tema. Incluso también en los propios sanitarios, que tenemos que ir reciclándonos poco a poco", finaliza Natalia Iglesias sobre un caso que ha conmocionado a la ciudad.

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